En su visita a Bolivia, el 9 de julio de 2015, en el Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, el papa Francisco dijo: "Les digo, con pesar: se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios". Y pidió humildemente perdón: "Pido perdón no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América".

Pero, también pidió a todos que "se acuerden de obispos, sacerdotes y laicos que predicaron y predican la buena noticia de Jesús, muchas veces junto a los pueblos indígenas o acompañando a los propios movimientos populares incluso hasta el martirio".

Los estados vaticanos mantuvieron un ejército a partir del siglo X que tomaba partido en los conflictos que calificaba como "guerras santas". Hoy se ve con claridad que aquello no era acertado. También hay que decir que esas fuerzas no intervinieron en el proceso de la conquista en América.

Esta circunstancia y la necesidad de la evangelización del nuevo continente explica, aunque no lo justifique, el porqué de la institución del Patronato entre la Corona española y la Santa Sede.


La Iglesia y el descubrimiento de América

"Muchos cristianos han cometido actos malvados contra los pueblos indígenas", dice la nota conjunta de los Dicasterios para la Cultura y el Desarrollo Humano Integral dada a conocer el jueves 30 de marzo de 2023. La nota expresa que "las bulas papales del siglo XV que concedieron a los gobernantes colonizadores los bienes de los pueblos originarios son documentos políticos, instrumentalizados para actos inmorales".

Con la corona española la Iglesia estaba vinculada por la institución del Patronato. Esta implicaba que el rey gozaba, entre otros privilegios, de la consulta en las designaciones de los obispos y otras medidas como regalías y el derecho a la ocupación de tierras. 

Los dominicos serán los primeros en denunciar la crueldad con que los trataban a los indios ante el rey de España. Famoso fueron los Sermones de Antonio de Montesinos (1511), quien predicó ante las autoridades españolas los crímenes que cometían. Asimismo Bartolomé de las Casas, clérigo encomendero de Cuba quien presentó un Memorial en defensa del indio al rey Carlos V y ante el Consejo de Indias, y más tarde, en las Cortes de Barcelona expuso la doctrina de la colonización pacífica en las Indias, sin armas, fundando "pueblos de indios libres".

Los obispos que se desempeñaron en Hispanoamérica fueron protectores natos del indio. Y los curas de las misiones con una visión indigenista, humanista y cristiana realizaron, en general, la evangelización del indio digna de admiración. Esto llevó al conflicto con la brutalidad de los colonos y algunas veces con las jerarquías eclesiásticas ligadas a la corona.

La corona tuvo comportamientos ambivalentes y también el papado. Por un lado hubo dos papas que reconocieron potestades del soberano que fueron empleadas para cometer abusos. Por otro lado el Papa Pablo III hizo suyas muchas de las ideas del gran Fray Bartolomé de las Casas. Ni qué decir de la magnífica obra de los Jesuitas, promoviendo en todo a los indígenas. Ninguna cultura es superior a otra.

La "doctrina del descubrimiento", respaldada por bulas papales del siglo XV, legitimó la apropiación de tierras indígenas y hasta la esclavitud de los mismos. Fueron errados actos de orden político. No forman parte de la enseñanza de la Iglesia.

Hoy, la Iglesia no busca privilegios. Es clara la conciencia sinodal de Misión y Servicio. 

Por el Pbro. Dr. José Juan García