DESDE los primeros rayos del sol del 8 de diciembre peregrinan al Santuario los creyentes.

Caminando por las calles de Concepción, viendo sus veredas, sus comercios, sus vecinos y su plaza, vuela nuestro pensamiento e imaginación hacia otros tiempos en los cuales había otro templo, otras casas, muchas historias y miles de recuerdos de una época que fue sepultada por los terremotos y el olvido.

Pero sin embargo, permanece en la devoción del pueblo creyente católico las fiestas en honor a la Inmaculada Concepción cada 8 de diciembre. No sabemos qué fue primero, si el pueblo con el nombre de Concepción, o María Inmaculada Concepción que le dio su nombre al pueblo Viejo, primera fundación de don Juan Jufré. Me inclino con certeza que fue María quien le dio su nombre a este pueblo que siempre supo venerar con fervor a su "Patrona del Cielo''.

Sabemos por los historiadores sanjuaninos que a mediados del siglo XVII existía en esta zona un oratorio o capilla en casa de los Balmaceda, familia cuyas tierras se extendían en lo que hoy es Concepción y Bermejito.

Pero recién en el siglo XVIII se arraiga más profundamente en el pueblo la devoción a María en su Inmaculada Concepción, mérito posiblemente del presbítero maestro Don Simón Tadeo de Díaz Zambrano, sacerdote venido de Salta y que por décadas fue cura y vicario de la ciudad de San Juan en su Parroquia de Santa Ana, luego Iglesia Catedral.

Muy pronto esta devoción a "María Purísima'' se populariza gracias también a las familias católicas de entonces, como los Albarracín, Balmaceda, Jofré, Balmaceda Benavidez, Zapata y Castro, Funes Campero, Quiroga Gómez y otras, por lo que su imagen de la Inmaculada por estos años es ya parte de la tradición de las fiestas sanjuaninas.

En 1793 la antigua "Capilla del Pueblo Viejo'' es elevada a la jerarquía de subparroquia bajo la advocación de la Inmaculada Concepción de María, gracias a los empeños denodados del presbítero Don José María de Castro Hurtado, quien estuvo a cargo hasta 1814.

Pero, luego de una gran inundación el templo es refaccionado y acondicionado para ser erigido Parroquia, siendo su primer cura párroco el presbítero chileno Don Juan José Uribe.

Como sabemos, un 8 de diciembre de 1854, el papa reinante Pío IX define solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción de María en la bula "Ineffabilis Deus'' donde afirma lo siguiente: "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles...''.

Significando esta proclamación una lluvia de gracia y bendición para este pequeño pueblo de la Iglesia que ama a María de una manera singular.

En 1863, siendo gobernador de la provincia Domingo F. Sarmiento, erige una comisión para la reconstrucción de un nuevo templo para Concepción, finalizando en el año 1870 a metros de donde estaba antes, en lo que sería su ubicación actual (Tucumán y Juan Jufré).
Ya en 1925 vemos que toda la vida social, cultural y obviamente religiosa giraba en torno a la Parroquia.

Su templo nuevo con su torre, sus campanas y su reloj, marcaban el ritmo tranquilo del "Pueblo Viejo de Concepción''. Registro de esto, vemos algunas fotos y un estupendo cuadro del artista sanjuanino Santiago Paredes.

Además, las celebraciones de las fiestas patronales cada 8 de diciembre congregaban cada vez más a grandes multitudes que con fervor y devoción honraban a la Virgen Inmaculada, incluso, ya desde los primeros días del mes de noviembre. Ese día es el día de la "Blancura espiritual'' y la Imagen de la "Purísima'' es paseada en solemne procesión en todas las iglesias.

Comenta mons. Antonio José López Soler, cura párroco desde el 1958 al 1996, en el Libro del Peregrino: "En ésta parroquia puesta bajo su advocación, los festejos patronales permiten que la imagen de María Inmaculada, esperanza de todos los tiempos, realice, desde hace muchos años, la visita anual a todos los barrios del departamento, permaneciendo dos o tres días en cada uno de ellos.

También las escuelas reciben su Imagen y luego de este misionar, en jubilosa aclamación, como Reina y Soberana, Madre de la Iglesia, Madre de la Divina Gracia, Triunfadora y Vencedora es llevada en larga caravana de coches por distintos lugares de la ciudad...''.

Una tarde de enero de 1944 nuestro templo se desploma. Terremoto en San Juan. Y con el templo destruido quedaron en toda la Provincia miles de sanjuaninos sepultados y en este lugar nuestro Párroco el presbítero Eutiquio Esteban, que en el momento del sismo celebraba casamientos con un grupo de fieles que como todos quedarán en la memoria.

Luego de grandes esfuerzos, trabajos y sacrificios, por la gracia de Dios se erige el nuevo templo parroquial bendecido por el Nuncio Apostólico mons. Lino Zanini en 1971, siendo Papa Paulo VI. 
Y finalmente en este breve recorrido, llegamos al 8 de diciembre de 1977 donde por voluntad de monseñor Ildefonso María Sansierra nuestra Parroquia fue elevada a la categoría de Santuario Arquidiocesano de San Juan Inmaculada Concepción de María.

Hoy acuden miles de peregrinos a su fiesta. Desde los primeros rayos del sol del nuevo día del 8 de diciembre peregrinan a su Santuario para participar de la primera misa.

En distintos horarios filas interminables de fieles que acuden a dar gracias, pedir, invocar, confiar, tocan la Imagen de la Virgen. Hasta que finalmente se realiza la solemne procesión por las calles de la comunidad con María Inmaculada presidiendo la caminata, hasta llegar a la misa principal. 

Expresa mons. Antonio José López Soler: "Peregrinante, abre tu corazón a María, Madre de Dios, verdadero tesoro de todo el universo, antorcha que jamás se puede extinguir; Cetro de la fe ortodoxa, triunfadora de todas las batallas contra Satán; Esperanza segura de la humanidad que ansía a Aquel que por ella vino en nombre del Padre: Cristo Jesús.

Si supiéramos escucharla, oiríamos las ardientes palabras que brotan de sus entrañas maternales: Como mi hijo os ama, así os amo yo, hijos míos''.

Pedro Raúl Zalazar - Vicario parroquial del Santuario Arquidiocesano Inmaculada Concepción de María.