Oriundo de Doblas, un pequeño pueblo de La Pampa, Mauricio Muller es uno de los ciclistas con más experiencia en el equipo del SEP San Juan.

El pampeano dejó al fútbol para meterse en el mundo de la bici y no se arrepiente. Recordó su momento más duro, cuando corriendo en Europa tuvo que trabajar para poder mantener a su familia. 

-¿Cómo está el equipo en el inicio de la temporada?

-Muy bien porque tenemos objetivos importantes. La Vuelta a San Juan al ser 2.1 UCI nos hace redoblar la apuesta. Cuesta mucho acoplarse después de las bajas que tuvimos pero de a poquito el grupo se va armando. 

-El hecho que la Vuelta sea categoría UCI ¿es motivación o presión?

-Tiene un poquito de las dos partes porque corrés con los mejores del mundo entonces quieras o no, esa presión está porque sabés que tenés que exigirte al máximo, pero también es una motivación extra porque si te preparás bien se puede hacer un muy buen papel y eso es un salto que da el equipo. 

-¿Cómo te iniciaste en el ciclismo?

-Yo jugaba al fútbol en el Club Independiente de Doblas, hasta que un día se hizo una carrera en el pueblo, me prestaron una bici y de ahí me empezó a picar el gusanito.

Siempre me gustó más el fútbol pero me empezó a entusiasmar el ciclismo hasta que a los 15 me decidí: dejé el fútbol y me dediqué plenamente al ciclismo.

-¿Y en qué posición jugabas?

-Siempre zurdo. De tres o defensor central. Mis amigos con quienes yo jugaba hoy están en Primera jugando la Liga Pampeana y clasificados al Federal C.

Siempre que voy a La Pampa voy a la cancha a verlos. Después del ciclismo el fútbol es mi deporte favorito. Incluso tengo unos botines nuevos que los traje de España y siempre me quedé con ganas de jugar en cancha grande. 

-¿A un picadito te prendés?

-Sí obvio, un día jugamos fútbol 5 contra los dirigentes del SEP y le pegamos una paliza bárbara. Después nos hicieron trampa porque trajeron jugadores de fútbol y nos ganaron (risas). Esos son momentos lindos que te sirven para sacarte un poco de la bici.

-¿Qué sacaste de tu experiencia por Europa?

-Fue algo bonito porque más allá de lo deportivo es lo que te forma como persona. El hecho de vivir tan lejos de tu familia te ayuda a valorar mucho más las cosas. 

-¿Cuál fue el triunfo más importante de tu vida?

-El de la carrera 2009 en España. En ese mes justo habían ido mi papá y mi mamá por primera vez y que me hayan podido ver ganar fue algo que me marcó para siempre. Verlos llorar al final de la carrera me quedó marcado.

-¿Y el momento más duro?

-Dos años antes de venirme a Argentina. Cuando empezó la crisis en España los equipos pagaban muy poco y tuve que empezar a trabajar. Me levantaba a las 7 para ir a una empresa y salía a las 4 de la tarde y en invierno a esa hora ya estaba de noche para salir a entrenar, era demasiado peligroso. Encima la fábrica se demoraba en los pagos, fue muy complicado ese 2013, ahí decidí volver. Pero todo ese sacrificio valió la pena para alcanzar el profesionalismo.

-¿Cuesta alcanzar el profesionalismo?

-Hoy en día sí y mucho más como está el ciclismo argentino. El ciclismo es un deporte muy sacrificado donde llegar al profesionalismo tiene un costo muy alto, pero al final tiene su premio.

 

MULLER X 3:
 

"Siempre le digo a los más chicos que aprovechen las oportunidades cuando se presentan. Yo me decidí de grande irme a Europa, esas chances se dan una sola vez en la vida y no hay que dejarlas pasar, si no después te cuesta el doble".

"Vivir lejos te hace ver la vida de otra manera. A mis 13 años me puse de novio con Soledad y cuando me fui ella estuvo aguantándome hasta que al cuarto año se fue conmigo. Llevamos 22 años juntos, tenemos un hijo y una hermosa familia".

"Este año con el SEP hemos logrado un cambio: llegaron bicis, incorporamos nutricionista, trabajamos con potenciómetro y un gran técnico (J.J.Haedo). Es un proceso a largo plazo, por ahí nos desesperamos y queremos ganar pero hay que ser pacientes".