‘Mirá lo que le va a pasar a tu hijo por andar metiéndose en casas ajenas’. ‘Ustedes le han robado $8.000 a mi abuelo y la van a pagar’. ‘Esta noche va a correr sangre’. Según el expediente, esas amenazas se repitieron en tres momentos del día 10 de mayo de 2014, y tuvieron como principal vocero a Enzo Exequiel Caballero (21 años, alias ‘Tuerto’) mientras exhibía un cuchillo junto a Germán Ezequiel Calvo Herrera (19, alias ‘Culón’), que también amenazaba.

Y aquella noche hubo sangre. Y muerte, porque el chico al que acusaban de ladrón en el rawsino barrio Neuquén, Kevin Díaz (16), enfrentó a ambos sujetos y a un tercer cómplice, Sebastián Alejandro Tornello (28, alias ‘Tan’). Esa vez hubo dos enfrentamientos: al mediodía, cuando intervino la Policía y los separó.

Y sobre las 22,30 en la noche, cuando Kevin no tuvo escapatoria, ya que en la desigual pelea contra los tres, Caballero le asestó un certero puntazo en el costado derecho del pecho y lo mató.

Aquella vez la familia del menor negó que hubiera robado y atribuyó todo a viejas diferencias entre Kevin y los acusados. Como parte de la venganza, allegados a la víctima quemaron la casa de uno de los acusados.

Desde entonces esos tres sujetos quedaron presos. Y a pesar de que al momento de declarar intentaron desligarse cruzando acusaciones, fueron procesados por homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, es decir por planear el crimen.

Cuando el caso llegó a juicio, los tres acusados decidieron aceptar su autoría en ese grave delito y Caballero y Calvo Herrera, además, haber cometido daño y amenazas.

Y a través de su defensa firmaron un acuerdo de juicio abreviado con la fiscal Leticia Ferrón de Rago, en el que aceptaron su autoría y la única pena posible, perpetua. Calvo Herrera fue declarado responsable porque era menor y será un juez de ese fuero quien resuelva si debe o no ser condenado.

El juicio abreviado será resuelto en la Sala II de la Cámara Penal por el juez Ernesto Kerman.


 

La última palabra

 

El juicio abreviado es un acuerdo al que llegan las partes (fiscalía y defensa) para evitar el desgaste de un debate común, a cambio de una rebaja de pena para el acusado. Como en este caso el delito que les atribuyen es homicidio agravado, la única alternativa de castigo es la cárcel perpetua. Para hacerlo, todos los imputados deben estar de acuerdo.

El juez que recibe ese planteo, en este caso Ernesto Kerman, puede aceptar el acuerdo pero no está obligado a aplicar la misma sentencia que le proponen. Es más puede cambiar la calificación de los hechos si acaso entiende que ocurrió otro delito y aplicar una pena menor. Lo que no puede hacer, por ley, es agravar la situación del imputado.