TOTALES fueron las pérdidas en el aserradero a causa del material altamente combustible y por el fuerte viento. El perjuicio alcanzó al comerciante José Antonio Martín (abajo, de anteojos) y varias familias que allí trabajan.

Fue cuestión de minutos. Cuando los vecinos se sobresaltaron por las enormes llamas, lo único que pudieron hacer fue evitar que se cruzaran desde el aserradero hasta la carpintería, donde se fabrican muebles y aberturas.

Lo demás fue atestiguar cómo el fuego avanzaba sin remedio en ese enorme galpón abierto con techo de cañas y palos de unos 65 metros de largo por unos 10 de ancho, en el que todo quedó destruido. Dos dotaciones de Bomberos de Rawson con el apoyo de camión de cisterna del municipio pocitano fueron necesarios para combatir y controlar ese incendio en medio de las fuertes ráfagas de viento.


Unas 13 máquinas (sierras sinfín, circulares, cepilladoras, entre otras) herramientas, maderas, unos 3.000 cajones de maderas y todo el galpón se destacaban entre las pérdidas, valuadas en millones por los responsables de ese aserradero que pertenece a José Antonio Martín (que no quiso hablar), situado en calle 10, unos 100 metros al Este de Mendoza, en Pocito.


El drama perjudicó al comerciante y a los productores para los que fabrica cajones. Y a unas cuantas familias, porque el gran aserradero es una fuente de trabajo para varios jefes de hogar.


El siniestro fue conocido en la Policía alrededor de las 5 de ayer y las causas que lo originaron están bajo investigación de los peritos de Bomberos.


Una primera inspección en el escenario del hecho, llevó a los pesquisas a suponer que el foco se situó a poco de la entrada. Y aunque toda la instalación eléctrica parecía responder a las exigencias legales, los investigadores no descartan que todo se originara por algún cortocircuito.


‘No podemos descartar ninguna hipótesis sobre el origen del fuego... hay que esperar el resultado de las pericias’, dijo ayer el jefe de los Bomberos de Rawson, comisario Raúl Castro.