Tendido sobre su costado izquierdo, a centímetros de la puerta de ingreso a su hogar. Con parte de su cuerpo y cabeza apoyados sobre una pared del comedor.

Vestido con una remera y un short y en su cuerpo la evidencia de un feroz ataque que acabó con su vida: al menos 7 puntazos que recibió en el cuello y en la zona del tórax. Así encontraron ayer el cadáver de un anciano de 86 años en su casa en una finca en Villa Lugano, San Martín.

En la Policía sospechan que se trataría de un crimen con un tinte pasional, por la saña contra la víctima y porque en teoría en su vivienda no faltaría nada de valor. Tampoco descartaban ninguna hipótesis, incluso la del robo.

Anoche, habían llevado a 4 personas para tomarles declaración para ver si así obtenían alguna pista que los lleve con él o los homicidas.

Rafael Sillero (86) era jubilado, vivía solo y alquilaba sus tierras situadas en calle Sarmiento a distintos productores, explicó Miguel Sillero, uno de sus hijos. Justamente ayer a las 7.30, un hombre que le había alquilado parte del predio para sembrar cebolla llegó hasta su casa y se topó con la puerta abierta.

Al acercarse, vio a la víctima ensangrentada en el piso, dijeron en la Policía.
De inmediato, el testigo dio aviso a las autoridades y enseguida la escena se llenó de policías, quienes fueron dirigidos en persona por el juez Martín Heredia Zaldo, titular del Cuarto Juzgado de Instrucción.


 

Conmoción

Los familiares y varios vecinos de Rafael Sillero estaban conmocionados ayer en la escena del crimen, más aún luego de conocer la brutal forma en que acabaron con su vida. Los allegados a la víctima coincidieron en que era un hombre muy conocido en la zona y que no tenía problemas con nadie.


Al revisar el lugar, los pesquisas detectaron que ninguno de los accesos estaba forzado. Tampoco había desorden en las habitaciones y, aparentemente, no faltaba nada. ‘Mi viejo no tenía plata, vivía al día. No puedo creer cómo lo mataron estos hijos de p...’, dijo Miguel, dolido.

Para los investigadores quien atacó a la víctima era un conocido y lo hizo apenas abrió la puerta del comedor, dejándolo sin chance de defenderse.

En un primer análisis del forense, el asesinato se produjo alrededor de las 4.30 o antes. Los pesquisas averiguaron entre sus familiares y vecinos que el hombre solía recibir chicas de la zona, a quienes aparentemente les pagaba por sexo.

Por eso, no descartan que tal vez alguien se haya ensañado con él por un problema ligado a esas mujeres, indicaron fuentes del caso.