Pero enseguida se supo que no era más que una estrategia, pues no es una religiosa sino miembro de una secta del amazonas peruano, informaron fuentes judiciales.

Sulan Ortega, la falsa monja, y su expareja, el también colombiano Diego López Echeverría, son juzgados por el Tribunal Oral Federal (TOF), como miembros de una banda que vendía cocaína en las localidades bonaerenses de San Pedro y Campana, junto a otros nueve imputados en el caso.

Entre ellos hay otro colombiano, Argemiro Sierra Pastrana, quien fue extraditado en 2013 a Argentina para este juicio, y que ya fue condenado en Estados Unidos por tráfico de cocaína, indicaron los informantes.

Según el expediente judicial, Sulan Ortega tiene un hijo de seis años que en 2013, mientras tenía arresto domiciliario, fue abusado por su concubino.

Según pudo saber Télam, Ortega se incorporó a una secta peruana llamada Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu), que combina elementos del Antiguo Testamento con el catolicismo y creencias incas.

Su credo la llevó a presentarse en la primera jornada del juicio oral ataviada de modo tal que hizo pensar al tribunal que había adoptado los hábitos religiosos católicos, algo que luego se desestimó.