A los 18 años, cuando muchos adolescentes dudan qué carreras universitarias seguir, Martín Bruno (45) ya sabía que quería investigador. Y no de casos policiales, sino de cuestiones vinculadas a la medicina. “Sólo sé que quería eso y que no iba a parar hasta conseguirlo. Me armé un camino y fui cumpliendo etapas”, confesó. Por eso, apenas terminó de cursar en el Central Universitario, se fue a San Luis a estudiar Bioquímica y tras recibirse recibió una beca doctoral externa del Conicet y logró el doctorado en medicina en la Universidad McGill, de Canadá. Luego fue más allá y consiguió el postdoctorado en enfermedades neurodegenerativas en la misma universidad, en la que empezó a avanzar con sus investigaciones.


Gracias a un programa de repatriación de científicos que encaró el Estado nacional, en 2009 volvió al país y pudo haber elegido Córdoba o Buenos Aires, pero optó por San Juan. Y así, con mucho esfuerzo y superando obstáculos, en pocos años logró conformar un polo científico en la UCCuyo que tiene en marcha investigaciones inéditas vinculadas a ciencias biomédicas que no existe en toda la región. A su vez, los investigadores sanjuaninos trabajan en contacto con pares de universidades de Canadá, Estados Unidos y España.

EN SU LABORATORIO. Martín Bruno trabaja desde 2009 en el Laboratorio de Neurociencias de la UCCuyo. Algunos de sus trabajos de investigación son únicos en todo el mundo.


“Lograr avanzar en proyectos de nanomedicina en Alzheimer o para descubrir factores genéticos vinculados a distintos cánceres desde San Juan es algo que me genera mucho orgullo. Debo admitir que muchas veces dudé de mi decisión de volver a Argentina, por las trabas que hay, por los tiempos que hay que aceptar para, por ejemplo, traer equipos o reactivos de Estados Unidos y por innumerables dificultades, pero la verdad es que la tierra me tira mucho. Y decidí que mis hijos crezcan acá, así que no voy a bajar los brazos”, señaló el científico sanjuanino.