Tanto se habla del Malbec argentino -una insignia nacional y tan único como el dulce de leche o la yerba mate-, que a nadie le llama la atención probar un muy buen ejemplar. Claro que estamos lejos de pensar que si probamos un vino de las variedades Mourvédre, Marsanne; Tocai, Grenache o Garnacha (N.de.R. Personalmente prefiero Garnacha como le dicen los españoles porque es representativa de una de sus zonas vitivinícolas, aunque reconozco que es más fino Grenache), puedan ser un buen exponente en su tipo. En primer lugar habría que ver hasta donde conocemos al menos cada término (Carmenere sería la excepción porque de tanto viajar a Chile, los argentinos lo tenemos un poco más registrado), para recién evaluar la alternativa de que existen estos vinos. Por suerte las bondades de la tierra sanjuanina y mendocina han permitido que hayan cada vez más varietales que nos sorprendan con auténticas características regionales, tal como ocurrió con el Malbec, en cuya cuna no da ni una de las tantas notas que aquí se pueden apreciar. Así quedó sellado y rubricado en la última Cata Nacional de Vinos que se realiza cada año en la provincia cuando el listado de ganadores sorprendía con algunos cepajes no sólo no tradicionales, sino también poco mencionados por estos pagos. 


El Tocai, más conocido por estos lares como Sauvignonasse, Sauvignon Vert o Friulano (la historia de estas acepciones será interesante contar en otra oportunidad porque incluye litigios entre Hungría e Italia), premiado por el Jurado de la Cata fue el de "Anita de Dos Puertos" (marca registrada del conocido conductor radial Rony Vargas, producido en San Juan para evocar la memoria de su abuela). 


Este vino de autor -elaborado por el enólogo Jorge Pérez Staib-, luce a la vista un amarillo pálido impecable, muy bien logrado. En nariz se aprecia rápidamente la ruda, manzana, ananá, flores blancas, todas notas percibidas durante una degustación en la que fui acompañada por el enólogo Carlos Ojeda del Centro de Enólogos. En boca se repite su frescura y tersura, con un amargor delicado y buena acidez, todos detalles que lo hacen un ejemplar digno de mucho más que una Medalla de Plata. Tiene 12.7 grados de alcohol. Las uvas son de San Juan donde hay menos de 3 hectáreas de esta variedad. 


En segundo lugar degustamos el Marsanne, una variedad blanca originaria de Francia, cuyas uvas son procedentes de Valle de Uco, Mendoza, donde se elabora "Moño Rojo", exclusivamente para el restaurante del mismo nombre ubicado en el Hotel del Bono Park. 


Este vino -que también obtuvo Medalla de Plata-, tiene una particularidad: su graduación alcohólica, nada más y nada menos que 15 grados que se hacen sentir bastante en la boca. 


Luce un amarillo intenso, brillante, con notas a frutos secos como nueces, y una boca untuosa, ideal para quienes buscan vinos alcohólicos, o desean acompañarlo con comidas picantes. 


Otra de las sorpresas que obtuvo medalla de plata fue el blend - Grenache/Syrah/Mourvedre, (típico corte australiano), también de marca "Moño Rojo", elaborado con uvas de mendocinas, una interesante propuesta para los que buscan "cosas diferentes". Se trata de un vino rojo violáceo algo apagado, con notas a frutos rojos, levemente especiado, y marcada acidez que lo hace muy bueno para la guarda. Tiene 14,1 grados de alcohol. 
Finalmente el único Carmenere que tiene San Juan (con uvas de la zona), de la marca Aguma, del reconocido enólogo Oscar Biondolillo, ganó medalla de oro. Es elaborado en pequeñas cantidades, y se distingue por su color rojo violáceo profundo, a la vista, mientras que en nariz sobresalen algunas notas verdes, pero sobre todo frutos rojos, que lo diferencian de los Carmenere chilenos en los que se destacan más los aromas similares a los del pimiento y el pimentón. Es interesante y complejo. En boca aparecen notas de chocolate, como así también frutos rojas y algo de especias.  
 

Medalla de Plata: Este premio se obtiene cuando la media de todos

los jurados que evalúan un vino da como resultado entre 87 y 89 puntos. 

Medalla de Oro: Es otorgado cuando la media oscila entre 90 y 95 puntos. Más de ese puntaje se otorga Medalla Doble Oro. 


 

Algo sobre las variedades 
 
Aquí una breve reseña de las variedades no tradicionales premiadas este año por un plantel de degustadores en San Juan. 


 
Mourvédre, también llamada monastrell, es una uva tinta que crece en muchas regiones del mundo, entre las que están las Denominaciones de Origen (DO) españolas de Valencia y Jumilla; las regiones francesas del Ródano y la Provenza, los estados de California y Washington en Estados Unidos y algunas regiones australianas. Se usa para hacer vinos tintos varietales y también es un importante componente de el vino australiano de mezcla GSM (Garnacha, Syrah y Mourvèdre).  


 
Marsanne,  es una variedad de uva blanca originaria de Francia. Fuera de Francia también crece en Suiza (donde se la conoce como blanc Ermitage o simplemente Ermitage ), España (donde se la conoce como Marsana), Nueva Zelanda, Australia, Canadá y los Estados Unidos. 


En Argentina hay algunas pocas hectáreas en Mendoza. 


 
Grenache o Garnacha: Se habla simplemente de la Garnacha para referirse a la tinta, aunque esta tiene una serie de parientes como por ejemplo la Garnacha Blanca y la Garnacha Tintorera. Madura tarde, por lo que necesita condiciones secas y cálidas.  


 
Tocai: También conocido como Sauvignonasse, es una uva blanca ampliamente plantada en Chile donde fue históricamente confundido con Sauvignon blanc. También se la encuentra en la región italiana de Venecia.  


 
Carmenere, es una variedad de uva plantada originalmente en la región de Médoc de Burdeos, Francia, donde era usada para producir vinos tintos oscuros, pero la filoxera terminó con ella. El nombre carmenere proviene de la palabra francesa carmín, en referencia a su color. Luego de su desaparición en Europa, reapareció en Chile donde había sido confundida por años con la Merlot. Es actualmente la variedad emblemática del país trasandino.