Aunque es una fantasía muy común entre las parejas, hacer el amor en una piscina, ducha, jacuzzi o en el mar, no es tan buena idea. Los lugares húmedos son perfectos para la reproducción de bacterias e infecciones y aunque creas que una piscina está limpia, el contacto del agua con una zona tan delicada como la vagina, puede traer problemas.
Por otro lado, el agua y la fricción provocan que los condones pierdan su lubricación y se corra el riesgo de que se rompan. Si no usas otros método anticonceptivo, lo mejor es que no lo hagas en el agua.