El rejuvenecimiento del Club Social

Está próximo a finalizar el último período de la presidencia del Dr. Tristán Yanzón Sánchez al frente del Club Social de San Juan, tras nueve años de gestión (2009-2018), y el 30 septiembre habrá nuevas autoridades. Lo que llama la atención en el balance general, desde una mirada exterior, es el cambio profundo que se ha producido en la vida misma de la institución, sobre todo por su rápida reinserción en la sociedad sanjuanina. Sin dejar de reconocer la labor de autoridades en décadas anteriores, en esta ocasión primó una sensible pasión por dejar atrás lo que se consideraba un "divorcio" entre el club y la sociedad sanjuanina, con claro peligro de extinción, ante los acelerados cambios de los tiempos en todo el mundo.

Las modernas instalaciones del Club Social de San Juan en pleno centro de la ciudad Capital.


A nadie escapa que la idea de un club social en nuestro país, desde finales del siglo XIX, ha sido la de la agrupación de hombres de la alta sociedad de cada ciudad capital, comenzando por la porteña Buenos Aires. Sus objetivos iban de reunión de amigos, tertulias amables, más o menos cerrados como los de los ingleses, a más abierto y con actividad deportiva como los norteamericanos. Si bien nunca se buscó que fuera un lugar para "pavonarse", ni escenario de una "elite discriminatoria", se los asociaba en primera instancia al conservadurismo, aunque los integraban también simpatizantes de la izquierda o del centro. San Juan no fue la excepción y, si bien no estaba permitido hablar de política en las reuniones, todos sabían que en tiempos del cantonismo (años '20 y "30), por ejemplo, los socios del Club Social estaban en la vereda de enfrente y muchos recuerdan haber sentido silbar balas entre uno y otro sector. Es que era el San Juan violento entre el siglo XIX y los años 40 del XX. A partir de 2009, la juventud del presidente Yanzón Sánchez, con 42 años a la sazón, su ductilidad y vinculación a distintas instituciones locales, como nacionales, su aprendizaje sobre los nuevos rumbos de estos clubes en el resto del país, y las exigencias naturales de las nuevas épocas, hicieron que el Club Social de San Juan, se proyectara sobre todo culturalmente a una variopinta comunidad, sin perder aquella esencia original.


Al iniciar su actual gestión, la máxima autoridad en San Juan habló de "reinterpretar las intenciones y miras de los padres fundadores, adecuándolas a estos años". De ahí vino también la urgente necesidad de implementar nuevas tecnologías, la digitalización de documentos antiguos para evitar su deterioro, la inclusión de novedades de la programación en las redes sociales, prevaleciendo en todo momento "los valores originales", como "la honorabilidad, la palabra, el compromiso y la tolerancia a todas las ideas". Uno de los actos de mayor jerarquía del año, la Gala de la Independencia, recuperó su brillo y volvió a contar con la presencia de representaciones de los tres poderes del Estado y el municipio de la Capital.


Hoy son varias las generaciones, hombres, mujeres, adultos y jóvenes, que suman esfuerzos ofreciendo además de los tradicionales servicios, un programa de conferencias, exposiciones plásticas y documentales, el ya clásico "Brindis con el Arte", espectáculos artísticos de destacado nivel y la fiesta aniversario cada 31 de marzo, con conferencias, folclore, tango y danzas, buscando motivos "para recuperar relaciones entre las familias locales".


Declarado "Patrimonio Cultural e Intangible de la Ciudad de San Juan", por decreto 1120, del 1 de julio de 2011, con la firma del entonces intendente de la Capital, Dr. Marcelo J. Lima, y bajo el lema "Por una historia de compromiso con los sanjuaninos", en la actualidad, y a 130 años de su fundación, con su moderno edificio reconstruido en los años "50 y propiedad del Club desde 1901, posee todas sus instalaciones habilitadas por los organismos de contralor vigentes.


Heredero de referentes destacados en la historia del Club, como Arnobio Sánchez, Juan Luis Sarmiento, o Yanzón-Moreno García-Navarro, el saliente presidente deja un sello fuerte en lo sociocultural.

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