La familia hispano-católica

La familia ha sido conceptualizada, desde la antropología social, como la institución primordial de la sociedad humana, definición que cabe a nuestra familia o sociedad local, agregándole atributos o características como familia nuclear o conyugal, integrada por dos adultos de sexo opuesto (monogamia) quienes viven juntos con sus hijos o prole. Tal paradigma de familia es típico de la cultura occidental, especialmente de la familia de tradición hispano-católica, cultura o rasgos parentales predominantes de la sanjuanina. Este tipo de familia ha sido prácticamente una permanencia histórica, desde la llegada de los grupos españoles, durante la conquista y colonización.

Familia tradicional de mediados del siglo pasado.

El sistema de parentesco se acentúo a lo largo del tiempo por las diferentes oleadas migratorias, en general procedentes de los países de la cuenca del mediterráneo, que se asentaron en esta tierra. Igualmente hay que considerar en esta conformación las particularidades culturales chilenas -que no difieren- cuya presencia por su cercanía y por motivos organizativos-políticos es significativa.


Otras características fueron la endogamia y la exogamia. La primera hace referencia a la unión en matrimonio de individuos que pertenecen a una misma familia o linaje, esto fue común entre los españoles por el perjuicio hacia otros grupos, como los criollos, lo cual implicaba el consiguiente peligro de la consanguinidad, llegando a haber matrimonios entre primos, incluso primo-hermanos. Además de este motivo, estas uniones servían para afianzar los lazos de pertenencia, para superar el desarraigo. Luego cambió hacia la exogamia, es decir la elección para el matrimonio de parejas que no pertenezcan al mismo grupo familiar o étnico.


La impronta cultural parental de los grupos nativos es escasa, suele haber casos de levirato en grupos criollos alejados geográficamente, al igual que hubo en los huarpes, pero no es exclusivo de estos aborígenes. Cabe aclarar que levirato ha sido definido como un tipo de matrimonio, en el cual la viuda se casa con uno de los hermanos del esposo fallecido. En nuestras familias sabemos que la línea de descendencia es patrilineal, es decir que la descendencia se cuenta por la línea masculina, que incluye en los hijos la portación del apellido paterno, tema que tiende a cambiar; además establece que el padre es la principal autoridad, esta es una tradición en el sistema de parentesco antiquísima, que tiene que ver con el judaísmo y el cristianismo. Pasado el tiempo estas características tienden a cambiar, las causas son complejas y variadas, uno de estos cambios está dado por el divorcio. Según los antropólogos, como Max Gluckman "la frecuencia de los divorcios en las sociedades occidentales se ve gobernada no sólo por el factor de las desavenencias de la pareja, sino por otros factores sociales", concluyendo que "las prácticas del divorcio radican no solamente en los problemas que se suscitan en las relaciones entre los cónyuges, sino que rebasan el ámbito familiar y se enraízan en otras formas estructuradas de la sociedad".

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