USA, primer deudor del mundo

Donald Trump

Estados Unidos suele ser tomado como un buen ejemplo de administración del Estado, pero en realidad no lo es. En realidad cumple con los patrones conque han ejercido el poder históricamente las potencias que han logrado el control militar del planeta o de las regiones sobre las que tenían influencia, Roma, antes Babilonia, Persia, Atenas. Saqueos, toma de esclavos o imposición de tributos ampliaban disposición de bienes y servicios por los pueblos de los imperios dominantes manteniéndolos cómodos y conformes ocultando los problemas económicos locales. Hoy, de manera menos visible y con más sofisticación sucede lo mismo y así lo entendió la CEPAL (Conferencia Económica para América Latina) creada por el argentino Raúl Prebisch y a cuya doctrina hiciera referencia Raúl Alfonsín con aquella frase que pronunciara en su primer visita al país del norte: "no hemos venido a pedir ayuda sino a informarles que no los podemos seguir ayudando". Para ponerlo en términos sencillos, países como el nuestro envían sus exportaciones (granos, petróleo, etc.) y reciben como pago papeles pintados por la que vendría a ser su Casa de la Moneda, dólares. Es decir, su compra podría ser infinita en cantidades porque siempre podrían imprimir los billetes que hicieran falta. Ese proceso fue descripto también en los 80"s por el senador chaqueño Luis León quien dijo: "Cuando se abandonó el patrón oro, el mundo se transformó en un gran casino donde un solo país es el que puede fabricar fichas, Estados Unidos". Desde luego, no se privan o controlan de emitir billetes al punto que se ha calculado que, si se apilaran todos los existentes podría cubrirse varios estadios de fútbol hasta una altura de unos 12 metros. Para más, nuestros productores reciben esos dólares como pago de sus exportaciones y los devuelven al origen a cambio de otros papeles, que son los títulos públicos a cambio de una tasa de interés anual. Es decir, le prestan a su comprador. A fin de cuentas, esa mínima tasa de interés es el precio real pagado por los productos comprados, dado que, por lo general, los bonos se van renovando a su vencimiento. Resumiendo, para allá van bienes tangibles que se consumen en las mesas de sus ciudadanos y de allá vienen papeles pintados con los rostros de sus próceres y, en segundo término, ni siquiera papeles porque los bonos hace tiempo que dejaron de tener representación física y sólo figuran en una cuenta virtual en alguna computadora. Eso ocurre con la mayoría de los países dado que, como todos quieren creer que USA siempre terminará pagando sus deudas, siguen moviendo ese mecanismo, prestándole bienes y servicios que ellos pagan con los papeles que siguen pintando o anotando en un registro. Así es como Rusia, Japón y China son los principales acreedores de USA porque tienen en sus activos financieros grandes cantidades de bonos del tesoro ("treasuries") por lo que, de alguna manera, podrían desatar un vendaval financiero de inestimables consecuencias si salieran un día a vender todo. Dicho sea de paso, cada vez que nosotros compramos un dólar billete, estamos haciendo a USA un préstamo a tasa cero, si lo guardamos, mejor para ellos porque hemos entregado algo a cambio de ese papel verde y no estamos pidiendo nada a cambio guardando el papel. Estos comentarios han dejado de ser meramente teóricos esta semana luego que se supiera que Rusia se ha desprendido de nada menos que el 85% de su tenencia y, antes de eso, la alemana Angela Merkel amenazara con regresar a su país la totalidad de los depósitos en oro en la Reserva Federal de Fort Knox, unas 300 toneladas del metal. Como han afirmado varias veces por distintos dirigentes del mundo, no es que ellos estén financiando nuestros desajustes sino que el conjunto de países estamos financiando el de ellos. Eso sí, sin que se note y de manera voluntaria. Es posible que la visión del abismo que implicaría que los prestamistas, que somos nosotros, nos diéramos cuenta de esta situación cuando se está llegando a superar límites extremos, sea la razón de la agresividad de Trump (foto) para intentar reducir o eliminar esa deuda exigiendo que el mundo le compre manufacturas, lo cual haría que haya más trabajo genuino en USA y que esos números fueran cambiando y se reduzca la vulnerabilidad y dependencia cada vez mayor de decisiones de afuera de Washington. Un déficit anual que este año será de 804 mil millones de dólares y que el año que viene llegará a 981 para alcanzar el billón en 2020 es lógico que ponga intranquilos a todos. Por ahora, luego de la venta de los rusos tanto Japón como China se han mantenido cautelosos pero, vista la agresividad de la guerra comercial arancelaria desatada por Trump (justamente tratando de que su país compre menos y venda más), esto podría cambiar en cualquier momento creando un escenario más dañino que una guerra convencional. En este momento USA se ve favorecida con el llamado "vuelo a la calidad" dado que por el aumento de su tasa de interés como por la volatilidad de los mercados en general, los países secundarios siguen tomando bonos de su tesoro pero el problema es que ya, con un déficit enorme sin que USA haga nada por ajustar su presupuesto, se está llegando a una situación imposible de sostener.

Muchos se preguntan hasta cuándo durará la paciencia de los mercados financieros, recordemos que ya por el año 2011 la calificadora Standard &Poors rebajó por primera vez en la historia la nota de esos bonos del tesoro, hasta ese momento los mejores del mundo. Charlando estos temas, un amigo me decía: "Roma cayó, Persia también y así todos los imperios, será cuestión de tiempo que el yuan chino reemplace al dólar, pero no será pronto".

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