"Yo no quiero llegar, quiero el camino"


Treinta y cinco años pasaron desde el lanzamiento del disco Todo a pulmón y Alejandro Lerner decidió festejarlo reencontrándose con el público en una gira nacional que lo traerá a San Juan el próximo 23 de agosto, al Teatro del Bicentenario. La celebración viene no sólo con los shows, sino con una nueva versión de la canción que también da nombre al álbum, para la que Lerner invitó a cantar a viejos y nuevos amigos, como Sandra Mihanovich, León Gieco, Lali Espósito, Soledad, Axel, Abel Pintos y Rolo Sartorio.


"Es una conjunción de edades, talentos, culturas musicales, que cuando las ponés todas juntas se convierten en un símbolo muy parecido a lo que uno espera que pase en el país. Cuando todas las voces, no importa de qué raíz vienen, se ponen a favor de una meta común, la fuerza es imparable' comentó a DIARIO DE CUYO el músico que compartió la emoción que le transmitió el resultado. "Mirá que lo hicimos hace un mes y yo no paro de llorar cada vez que lo veo, hay una energía que me sobrepasa".


Estrenando los 61, el autor de No hace falta que te diga, Volver a empezar, Por un minuto de amor, Juntos para siempre y otras tantas canciones presentes en el imaginario argentino, disfruta de este presente en su carrera, pero sobre todo destaca la vida familiar.


-¿Qué significa para usted, personalmente, Todo a pulmón?


-Para mí fue una confesión de un momento de mi vida, donde empezaba a confirmar mi vocación y el apoyo de mi público, terminando la dictadura y comenzando la carrera en ese momento. Pero también la confirmación de que junto con el éxito aparecen otros mundos, los mánagers, los productores, los contratos, las compañías discográficas, los abogados, los problemas de ambición, de inmoralidad, de falta de compromiso. Te empezás a meter en otros mundos que cuando sos anónimo y sos un soñador no aparecen. Hay una gran diferencia entre la ilusión del éxito y la vivencia del éxito. Yo valoro muchísimo las dos cosas. 


-¿Le fue muy cuesta arriba eso?


-La vocación tiene que atravesar distintos biorritmos, naturales a cualquier camino, cualquier carrera, no siempre las carreras son para arriba, sino para el costado... hay que saber parar, saber cambiar, renovarse. A veces las cosas salen bien, tus aliados son buenos aliados, otras veces los aliados son más parecidos al enemigo... En toda esta búsqueda que tiene casi 40 años hasta hoy, yo no bajé nunca la guardia, sobre todo en lo creativo. Estoy celebrando una canción que sigue siendo muy significativa sobre todo para nuestro país, pero en mi carrera no han parado de pasar cosas: este año gané un Martín Fierro con una canción nueva, el Gardel con mi último disco, una nominación a los Grammy.


-¿Siente, entonces, que ese Todo a pulmón del 83 es su día a día?


-Yo creo que sí, en particular con mi forma de ser... Todo a pulmón no es sólo lo que se ve sobre el escenario, es una dedicación a la vida también, ahora que soy papá y que quiero seguir manteniéndome fuerte y joven, hago gimnasia, estudio piano, estudio tecnología, investigo, tengo una avidez muy juvenil... desde el comienzo de mi vocación hasta ahora, no hubo más que hambre de seguir haciendo cosas y de crecer. 


-¿Se acuerda el momento en que escribió la canción?


-Yo me había ido a vivir solo, el papá de una amiga me prestó un departamento, sí me había podido comprar mi primer pianito que es el mismo piano en el que grabé esta nueva versión, el mismo que está en el video, medio desvencijado; en él compuse la versión original; sí tengo guardado el papel, sin tachaduras, donde compuse la canción. 


-¿Por qué lo guardó especialmente?


-Yo tengo una caja donde están todos mis originales, de cuando me agarra la inspiración y me pongo a escribir. Arriba le pongo con un clip la hoja impresa, y abajo está todo el proceso, firmado, con fecha en la que compuse la canción. 


-¿Al armar este espectáculo, miró para atrás, hizo balance?


-No estoy todo el tiempo mirando hacia atrás, porque el presente es lo que te enriquece... el otro día me hicieron una nota referida a mi trabajo de música para cine y televisión, cuando me empezaron a preguntar me di cuenta que había mucho más de lo que yo era conciente... mi carrera no era eso, pero hice muchísimo. 


-¿Siente que llegó donde quería?


-Nunca se llega donde uno quiere, porque uno no quiere llegar. Yo no quiero llegar, quiero el camino. La verdad que el camino es lo que me queda para vivir. Lo que sí, no puedo dejar de sorprenderme y transitar una nueva sensación de plenitud, con respecto a mi trabajo creativo, al reconocimiento que me dan mis colegas y mi público.


-¿Se siente así ahora?


-Sí, con el video de la versión de Todo a pulmón, eso hizo que yo agote un Gran Rex en un momento tan difícil para nuestro país, ya abrimos una nueva función para noviembre. Todavía ser generador de fuentes de trabajo para mí es fundamental.


-¿Su mayor logro?


-Mi mayor logro hoy es mi familia, tener a mi compañera hace más de 15 años, ser papá de una nena de 9 y un nene de 3. Es un logro absolutamente íntimo y personal. Los otros logros, que los he tenido y los tengo, los agradezco muchísimo.


-¿Cómo es ser papá de niños chicos a los 60?


-Maravilloso, divertido, refrescante, es valorar un milagro, que es ver a tu hija, caminar, bailar... mi hijo es un milagro que no para de sorprenderme. Cuando cumplí 50, dije "se me está pasando la película" y no quiero pasar por este planeta sin haber tenido la experiencia de ser padre y dejar una continuidad de mi sangre y de las cosas que aprendí en la vida.


El dato
Actuará el jueves 23 de agosto, a las 22 en el Teatro del Bicentenario. Entradas: $400, $600, $800, $1.000 y $1.200 en boletería, de lunes a sábados, de 10 a 20.
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