Tras reunirse con el Papa, víctimas de abusos manifestaron su "decepción"

OGorman, uno de los afectos, dijo que el mensaje del Pontífice fue una gran vergüenza y que buscó desviar la atención.

En medio de las protestas por la tibia reacción de la Iglesia Católica ante los abusos sexuales cometidos por el clero irlandés, el papa Francisco se reunió hoy en Dublín durante una hora y media con ocho víctimas.

La primera jornada del viaje a Irlanda del Pontífice, para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, fue sumamente difícil ya que la mayoría de las víctimas se mostraron “decepcionadas” por la falta de medidas concretas.

El encuentro con las víctimas, que ya había sido anunciado por el Vaticano en vísperas del viaje, se celebró en la nunciatura de la capital irlandesa durante un momento de pausa en la agenda del pontífice argentino.

Entre ellas se encontraba Marie Collins, que fue miembro del grupo asesor de Francisco, pero renunció el año pasado y desde entonces ha sido una crítica implacable del Vaticano y en ocasiones del Papa. Cuando ayer los periodistas le preguntaron sobre la actitud de Francisco, Collins fue terminante: "Decepcionante, nada nuevo".

Otro activista irlandés, Colm O'Gorman, víctima de abusos sexuales cometidos por el clero en este país, fue también muy crítico de Jorge Bergoglio. Afirmó que el mensaje lanzado por el papa es un "vergonzoso intento" de evitar asumir su responsabilidad.

O'Gorman, director también de Amnistía Internacional (AI) en Irlanda, consideró que el Pontífice tenía la "oportunidad perfecta" para abordar este asunto, en la primera jornada del viaje de dos días que efectúa a la isla, "Una oportunidad para hablar claro, para decir la verdad a la gente de Irlanda. De nuevo, se ha negado a hacerlo. Aún peor, ha desviado la atención extraordinariamente", escribió el activista en su cuenta de Twitter.

En declaraciones a los medios, O'Gorman también opinó que, en su intervención en el Castillo de Dublín, el papa argentino se dirigió a "los fieles", en vez de a toda la ciudadanía, como le correspondería, según él, por su papel de "jefe de Estado" del Vaticano. "Podía habernos hablado a todos de una manera contundente, clara, franca, humana, accesible. Claramente, rehusó hacerlo. Francamente, es una gran vergüenza", agregó.

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