San Martín y sus señales de identidad

El Verdinegro perdió su primer partido en el torneo pero ganó en su camino a ser equipo.

Avance. Tras su primera derrota en la Superliga, el balance no es malo mirando lo que se juega en toda la temporada.

Conocer los sinsabores de los tres resultados posibles es parte de la maduración indispensable e inevitable en cualquier equipo que busque ser eso: un equipo. San Martín, tal vez sin hacer demasiado como para merecerlo, perdió ante Huracán un partido que valía seis puntos por la realidad perentoria que lo rodea, pero esta derrota le terminó dejando el saldo positivo de que el ADN de esta versión 2018-19 del Verdinegro está ya afirmándose. Claro, le quedan cosas por resolver pero dividiendo entre positivo y negativo, hoy San Martín tienen más cosas que festejar que para lamentar.

La actitud, la apuesta, la propuesta. Ese es el punto más saliente de estos primeros cuatro partidos jugados por San Martín en la Superliga. En Córdoba, en Victoria y en San Juan, San Martín siempre apostó a lo mismo. Le sirvió para ganar, para empatar y este viernes para perder pero siempre intentó hacer lo que proponía desde los nombres que le dan forma a su esquema: volantes de mucho sentido ofensivo, verticales y profundos. Como que desde los nombres, San Martín no busca sumar como sea sino que propone, va al mano a mano y siempre juega. La verticalidad de sus volantes externos evidencian claramente lo que Coyette quiere siempre: atacar, presionar, salir rápido. Esa es tal vez la mejor faceta y eso que probó con varias fórmula pero sosteniendo a dos pilares: Gelabert y Mosca. Dos volantes que juegan, que siempre buscan el primer pase profundo, claro, ofensivo. Dos abiertos, dos por dentro. Nada de enganche y mucha profundidad siempre. Ese es el punto más destacado de estos primeros 360 minutos.

Pero así como toda parte positiva, hay una parte negativa en este San Martín. Y nuevamente puede que sea su falta de contundencia porque de la mano de lo que propone ofensivamente, no traduce todo eso en goles. Cuatro goles en cuatro partidos no es cifra despreciable pero está obligado a más. Martín Bravo es el gol en este arranque pero con eso no alcanza. Coyette probó ya con los dos puntas: tres partidos para Palacios Alvarenga y otro para Castillejos. Ninguno pudo marcar pero en el entretejido ofensivo que arma San Martín, las chances se les presentan. Dicen que lo preocupante en un equipo es no generar opciones pero el Verdinegro las tiene aunque no las aprovecha del todo.

Otro talón débil en este presente de San Martín está en la imposibilidad de haber armado una misma línea defensiva. Las lesiones le jugaron feo y lo llevaron a que solamente en dos partidos pudo repetir.

EL PROMEDIO

En la pelea

1,163 es el coeficiente de San Martín tras la cuarta fecha. Apenas un punto por debajo de Belgrano y tres encima de Patronato, que no ganaron.

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