Borden, la primera mina aurífera que opera utilizando sólo energía eléctrica

El yacimiento canadiense propone un nuevo punto de inflexión en la historia de la minería extractiva al funcionar sin ningún tipo de combustible de origen fósil. 

Interna. Toda la maquinaria de la mina subterránea canadiense, como perforadoras y apuntaladotas, trabajan utilizando solo energía eléctrica. 

“Un pequeño paso para una mina es un gran paso para toda la industria”. Esta frase parece tomar importancia con la reciente puesta en funcionamiento de la primera mina aurífera del mundo que opera utilizando solo energía eléctrica. El yacimiento llamado Borden, en el noreste de Canadá, más precisamente en la ciudad de Toronto, dejó atrás la uso de todo tipo de combustible fósil para desarrollar sus operaciones extractivas. Analistas internacionales destacaron que la puesta en operaciones de este yacimiento  traza un auténtico punto de inflexión en la historia de la minería del oro, de la cual está muy pendiente toda la industria abocada a la extracción de metales. 


La gran carta ganadora de la “electro-mina” es que durante toda su operación y en cada etapa que ella contemple, estarán ausentes las emisiones contaminantes procedentes de la maquinaria diésel. A su vez, también contará con el gran beneficio de no emitir sonidos fuertes o molestos generados por la gran maquinaria tradicional. 


La compañía Goldcorp, a cargo de la innovadora mina canadiense, apostó por una operación eléctrica debido al fuerte incremento de costos de extracción sufridos a partir de 2016 por el aumento de los precios del petróleo y los combustibles derivados. El quiebre en el concepto del desarrollo minero de la mencionada compañía es uno de los tantos movimientos realizados por la industria extractiva para encontrar nuevas fórmulas que reduzcan los costos de extracción, que desde hace años vienen amenazando con afectar la rentabilidad económica de las explotaciones. 


La opción de la multinacional fue experimentar con la energía eléctrica como fuente alternativa para la mina Borden, y según los cálculos de la empresa, el yacimiento 100% eléctrico le permitirá ahorrar cerca de 9 millones de dólares anuales entre combustible diesel y propano. Profesionales en materia de costos indican que la sustitución de los combustibles diésel por energía eléctrica tiene también ventajas en materia de productividad, ya que las máquinas movidas por esta energía pueden seguir funcionando mientras se disipan los gases derivados de las detonaciones. 


Por otro lado, el hecho de no usar maquinaria con combustibles tradicional permite ahorrar también en los sistemas de ventilación, que a partir del nuevo paradigma eléctrico, “solo serán necesarios allí donde los trabajadores efectivamente lo necesiten”.


Datos estadísticos de la compañía canadiense indican que la instalación de maquinaria eléctrica supone un sobre costo de entre el 20% y el 30% con respecto a la maquinaria movida por combustibles fósiles, pero aclararon que permite un ahorro de hasta el 50% en el gasto, por ejemplo, en ventilación. A su vez, las máquinas diésel cuentan con unas 1.000 piezas más que sus equivalentes eléctricas, por lo que los costos en materia de mantenimiento también resultarán muy inferiores. Este balance entre costo y ahorro se podrá verificar cuando la mina de oro canadiense comience su actividad, en la segunda mitad de 2019. Está previsto que su producción ronde las 100.000 onzas de oro anuales (3,1 toneladas). Sin embargo, más allá de todos sus posibles beneficios, la mina Borden ha supuesto un enorme reto tecnológico: sus enormes camiones eléctricos de 40 toneladas no cuentan con autonomía suficiente como para trasladar la carga del mineral desde la mina hacia la planta de proceso (situada a dos horas de distancia), por lo que la compañía Sandvik, proveedora de la maquinaria, está desarrollando un nuevo sistema de carga rápida que estará en funcionamiento en 2020. Independientemente que las estadísticas certeras de la nueva “electro-mina” se reflejarán luego del inicio de explotación, lo cierto es que ha generado un nuevo paradigma dentro de la industria del oro, el cual podría contagiar a otros minerales dentro de la actividad extractiva. 

Energía. Los camiones transportadores funcionarán también a base de energía eléctrica, pero por la distancia hasta la planta, se desarrollará un nuevo sistema de carga rápida.

Posibilidad eléctrica en San Juan

Existe la clara tendencia mundial de proyectar numerosas minas de oro alimentadas con energía eléctrica. Sin embargo, analistas internacionales advierten que el diésel no va a descartarse por completo. Este combustible fósil sigue siendo rentable en explotaciones a cielo abierto. Es aquí donde aparece el claro ejemplo de la provincia de San Juan, que cuenta con tres minas auríferas en operación: Veladero, Gualcamayo y Casposo, las cuales, en su mayoría funcionan a cielo abierto desde su origen. La posibilidad de encontrar una veta eléctrica podría orientarse al desarrollo subterráneo de las mismas, como es el caso concreto de Guacamayo y Casposo. Sin embargo, todo el sistema de extracción utilizado hasta el momento tiene como recurso base el combustible de origen fósil, y cambiarlo, estaría fuera de los planes de las compañías. Por su parte, los grandes yacimientos de cobre locales como Pachón, Los Azules y El Altar, proyectan desarrollo a cielo abierto, donde la tecnología eléctrica todavía parece no poder incorporarse por razones de rentabilidad. En pocas palabras, se puede interpretar que el mercado minero mundial se inclinará por la energía eléctrica en los casos de yacimientos auríferos que posean mayor profundidad (subterráneas), en virtud de la disminución de costos. Aquellos más cercanos a la superficie, seguirán utilizando combustible de origen fósil.
 

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