Juan Manuel Abal Medina. Está imputado como partícipe necesario de la asociación ilícita para el cobro de retorno en la obra pública. Estos fondos negros financiaron la campaña 2013 del kirchnerismo, que "por estas horas está nervioso". 

Su citación pasó casi desapercibida el día que estalló en la prensa el escándalo por los cuadernos de las coimas que escribió Oscar Centeno. Pero ayer, Juan Manuel Abal Medina encendió el ventilador con una confesión que abrió revuelo en el kirchnerismo.


El jefe de Gabinete de Cristina Fernández admitió ante la Justicia que hubo aportes ilegales de los empresarios para la campaña 2013 del kirchnerismo.


Después del mediodía, Abal Medina ingresó a los tribunales de Comodoro Py para prestar declaración indagatoria. Fueron cerca de cuatro horas las que estuvo en el cuarto piso en la secretaría del juzgado de Claudio Bonadio y se convirtió en el primer funcionario de primera línea en admitir que existieron "pagos ilegales" hacia la política. Sin embargo, desconoció quiénes eran los aportantes "y cualquier vinculación con ellos". También aclaró que "no hubo coerción". Finalmente, tras casi 4 horas de declaraciones quedó en libertad.


Esta confesión es una de las más impactantes que puedan encontrarse en la política reciente.


Se trata de una declaración de alcance inimaginable porque cierra el circuito de las coimas y lo ubica en las puertas del despacho presidencial. En ese momento el único funcionario por encima de Abal Medina era Cristina Kirchner, que lo había designado jefe de la campaña electoral.


Según la declaración de Abal Medina los fondos negros para la campaña K eran recolectados por el excordinador del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta.


Al confirmar que era Baratta el encargado de acercar el dinero en efectivo, Abal Medina llevó la trazabilidad de las coimas hasta el Sillón de Rivadavia. En el juzgado de Bonadio ya tenían confesiones y otras pruebas que ratificaban que Baratta cobró las coimas de los empresarios. Pero al juez le faltaba conectar esa red de manera directa con la expresidenta. Abal Medina le resolvió ese problema.


El exjefe de Gabinete está imputado como partícipe necesario de la asociación ilícita en la que se movieron más de 200 millones de dólares en sobornos para la política, según la Justicia.


Estas operaciones realizadas en efectivos y en diferentes puntos fijos de la Ciudad, fueron registrados en ocho cuadernos por Oscar Centeno, exchofer de Baratta y donde se consignaron puntos de reuniones, algunas cifras de dinero que se entregaron, nombres de empresarios y de exfuncionarios que participan de la maniobra. 


Por ello, Abal Medina fue citado a indagatoria ya que figura en esos manuscritos, que dieron origen a la causa que ya cuenta con 36 imputados, entre los que se encuentra la expresidenta Cristina Kirchner.


El secretario del exjefe de Gabinete, Hugo Larraburo, tenía en su posesión un pendrive con la información de los aportes de la campaña de 2013 y por eso fue detenido en la primera
redada de Bonadio.


Larraburu fue el canal del juez y del fiscal Carlos Stornelli para llegar a Abal, a quien consideran el jefe de Gabinete más frágil de la era cristinista que podría conectar directamente las coimas del cuaderno de Centeno con Cristina Kirchner.


Por eso, la confesión de Abal Medina no sólo impacta de lleno en el kirchnerismo sino en otras figuras del peronismo que jugaron en la campaña de 2013, como Daniel Scioli y Daniel Filmus.


En el peronismo confirmaron que hay mucho temor entre quienes participaron de aquella campaña porque las declaraciones del exjefe de Gabinete abren nuevas líneas de investigación.


 

Destacado

El juez Bonadio citó a indagatoria a Aldo Roggio, titular de la poderosa constructora que lleva su apellido.