Diez días después de cumplir la primera parte de su mandato, el presidente Alberto Fernández envió un mensaje contundente ayer puertas adentro del Frente de Todos al confirmar que buscará su reelección en 2023 "si las condiciones están dadas". Así, el mandatario le marca la cancha públicamente a quienes tienen aspiraciones en el mismo sentido dentro de la alianza gobernante.

Para que quede claro que no es muñeco de nadie, el mandatario señaló que no está "sometido" a Cristina Kirchner. "No lo estuve, no lo estoy y no lo estaré".

En línea con sus últimos movimientos políticos en la búsqueda de fortalecer su figura frente a sectores internos del Frente de Todos como La Cámpora, Alberto destacó que "no piensa igual" que la vicepresidente, que "nunca se sintió un esclavo" y remarcó: "No tengo ninguna jefatura, el último jefe político que conocí se llama Néstor Kirchner, nunca más tuve un jefe político", sentenció.

En un extenso reportaje publicado ayer por diario Perfil, Alberto también, hizo una comparación entre su gestión y el contexto que tuvo CFK para gobernar el país entre 2007 y 2015.

"El mundo en el que Cristina gobernó es distinto al que me toca a mi, sus experiencias me sirven de muy poco en muchos casos", señaló, al tiempo que calificó de "muy buena" la relación que mantiene con el diputado nacional y flamante presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner.

El Presidente aprovechó el espacio para hacer, además, una fuerte crítica a la oposición tras la derrota del oficialismo en Diputados el viernes y en ese sentido calificó como "muy grave" la decisión de la oposición de rechazar el proyecto de Presupuesto 2022. Confirmó que adecuará la cuenta de gastos de la administración pública del año anterior y que el Plan Plurianual, agregó, será la "base" del acuerdo con el FMI. Querían hacerle daño al Gobierno", dijo y confirmó que le propuso a los diputados opositores "volver a comisión para dialogar y ver qué querían". "Tenía la convicción de que se habían tomado los reclamos de las diferentes provincias. Pero evidentemente el problema era otro. Se trataba de algún tipo de posicionamiento político", disparó.

Lo que el Presidente omitió decir es que fue el jefe del bloque K, Máximo Kirchner, quien forzó la ir una votación -por si o por no- cuando estaba todo encaminado para volver al proyecto e Comisión como se había acordado.