El presidente Alberto Fernández defendió ayer la suspensión de las clases presenciales en el AMBA como estrategia sanitaria para hacer frente a la segunda ola de Covid-19, y dijo que "no fue un error cerrar todo en marzo de 2020 cuando la pandemia comenzó a golpear a la Argentina".

"Cuando tomé la decisión de no seguir con las clases presenciales fue producto de haber visto que el crecimiento en 20 o 30 días de contagios en el AMBA de los chicos hasta 19 años era superior al 200 por ciento", explicó el mandatario en declaraciones formuladas en Rosario, al participar de una reunión del Gabinete Federal en esa ciudad. "¿Me hago el distraído? ¿Miro las encuestas? ¿Qué hago?", se preguntó el mandatario.

En esa línea, agregó: "Llamo a los que saben y me dicen que, cuando ponemos en funcionamiento el sistema educativo, la circulación crece un tercio más y lleva virus encima". "Debemos cuidarnos por mucho que nos pese, después de un año de cuidados. El virus no se fue; vuelve y con más virulencia", completó el mandatario.

Sobre el mantenimiento de la presencialidad en las clases en la provincia de Santa Fe, Fernández aclaró que cada gobernador tiene "la potestad de ir resolviendo". Y explicó que Santa Fe es la provincia que "más docentes vacunó" y consideró que "parte del problema que supone dar clases presenciales está bastante resuelto" allí.

Este mismo criterio del Presidente reclama en la Ciudad de Buenos Aires el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodrígue Larreta, cuando sostiene que la Nación avasalla la autonomía de la CABA.

Pero la línea de razonamiento de Alberto diferencia a la Ciudad del resto de las provincias.

"Monitoreamos todo el país, pero cada gobernador está viendo el momento" de aplicar restricciones, indicó Fernández, señaló que cada provincia "por su extensión tiene realidades distintas" y ejemplificó que "lo populoso, el conglomerado de Rosario, no es igual a muchos lugares del interior de Santa Fe". Y alertó: "Que la prudencia no nos relaje, estamos en un problema muy serio de contagios por la pandemia" y hay que "extremar los cuidados", mientras se avanza en el "proceso de vacunación".

En otro tramo de la charla, el Presidente aseguró que "no fue un error" cerrar las actividades el 20 de marzo de 2020 al inicio de la pandemia por coronavirus en Argentina y recordó "la crisis en sanatorios y hospitales" y "el abandono absoluto del sistema de salud" que había dejado el Gobierno anterior.

"No fue un error", afirmó en un intercambio con la prensa local.

Por último, Fernández aprovechó su paso por Rosario y la realidad de violencia que habita allí para insistir con su reclamo a Diputados para que avance en la reforma judicial.

Dijo que "el crimen organizado se ha instalado" en Rosario, señaló que ese es un "problema de todos los argentinos" y le pidió a la Cámara de Diputados de la Nación que avance en el tratamiento del proyecto de ley que él mismo envió para la reforma del fuero federal para así poder "dar pelea" al narcotráfico y a los restantes delitos complejos.

Alberto explicó que el Estado nacional está poniendo "todo el esfuerzo" material y humano para combatir a las bandas delictivas que azotan a la población del lugar.

Reunión urgente con Axel Kicillof

El presidente Alberto Fernández se reunió ayer por la tarde en la Casa Rosada con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, para evaluar el estado de situación ante la creciente crisis epidemiológica, agravada por el nivel de estrés del sistema sanitario. Fuentes oficiales informaron que durante el encuentro los mandatarios revisaron los números de la pandemia, pero no resolvieron nuevas medidas de restricción, una discusión que se dará con seguridad la semana próxima.

Si bien el Gobierno no tomará medidas en lo inmediato, sí se espera que la semana próxima, días antes de que caduque el actual decreto con restricciones, se realice una nueva evaluación de la situación sanitaria para definir qué medidas vigentes prorrogarán y cuáles se modificarán. "El miércoles o jueves nos tenemos que sentar a evaluar cantidad de casos, cantidad de muertos, capacidad de respuesta del sistema de salud y nivel de vacunación", dijo un alto funcionario. En la reunión se analizó cómo ampliar el cupo de camas en provincia de Buenos Aires. Mientras tanto, la ocupación de las unidades de terapia intensiva (UTI) en el Área Metropolitana de Buenos Aires llegó esta semana al 75%, el nivel más alto desde que comenzó la pandemia en la Argentina.