La invitación especial que llevó al presidente Alberto Fernández a ser el único líder de América latina en sentarse en la mesa de debates de alto vuelo político en la Cumbre del G-7, integrado por un selecto grupo de potencias económicas, también le abrió las puertas al mandatario argentino para protagonizar hoy un encuentro bilateral histórico: tendrá su primer cara a cara con el premier de Gran Bretaña, Boris Johnson, justo en un año que golpea directo al corazón de los argentinos que durante todo 2022 honrarán a los "héroes de Malvinas" en conmemoración del 40´ aniversario de la Guerra del Atlántico Sur.

En este contexto, no se descarta que ambos mandatarios puedan acercar posiciones sobre la relación bilateral entre Argentina y el Reino Unido, que mantienen irreconciliables diferencias sobre la soberanía de las Islas Malvinas.

La agenda difundida inicialmente contemplaba reuniones bilaterales con el canciller germano Olaf Scholz y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen. Sin embargo, en la tarde del domingo, fuentes de la Casa Rosada confirmaron nuevos encuentros, entre los que se destaca el primer cara a cara con Boris Johnson.

El encuentro bilateral con el primer ministro británico durará, como manda el formato de la Cumbre del G-7, apenas 15 minutos. Será un encuentro a agenda abierta, el primero entre ambos. Ya se habían saludado durante la Cumbre del G-20, el año pasado, en Roma. Pero esta vez dialogarán, que ya es mucho decir.

Hace unos días, el canciller Santiago Cafiero viajó a la sede las Naciones Unidas en New York para ratificar los reclamos de la Argentina frente al Reino Unido que se niega a negociar la devolución de los territorios usurpados en el Atlántico Sur. Y antes de ello, durante la Cumbre de las Américas, Alberto Fernández también ratificó su vocación de recuperar las Islas Malvinas a través de estrictos canales diplomáticos. En ese oportunidad, frente a un mapa de la región que obvió colocar las Islas frente a las costas argentinas, el presidente volvió a exigir una mesa de diálogo con Londres para encontrar una solución pacífica a un diferendo que lleva casi dos siglos.

Además del reclamo sobre la soberanía nacional en las Islas Malvinas, Alberto Fernández describirá a Johnson su agenda vinculada a la proyección de América latina y la invasión rusa que desangra a Ucrania y pone al mundo ante un alto riesgo de recesión global y hambruna por la fuerte suba de los precios de alimentos y energía.

El presidente participó a las 15 de Argentina de la bienvenida que el ministro de Baviera, Markus Söder, ofreció a los 5 países invitados al G-7

El premier británico considera que Putin es responsable del conflicto, que la Unión Europea debe sostener con más armamento al gobierno de Ucrania y que se deberían profundizar las sanciones económicas y financieras contra el Kremlin.

Fernández, en cambio, considera que las sanciones económicas sólo sirven para perjudicar a las sociedades en guerra, cuestiona que la OTAN entregue más armamentos a Kiev y cree que el conflicto no tiene como único responsable a Putin.

En este contexto, además del debate sobre las causas y consecuencias de la guerra, Alberto Fernández planteará que América latina está en condiciones de preservar la seguridad alimentaria en medio del caos global y que Argentina tiene suficientes reservas de gas shale -en Vaca Muerta- que podría reemplazar la oferta que estaba en poder de Rusia.

Johnson no tiene mucho margen para profundizar la inversión en la Argentina. Los reclamos por la soberanía en Malvinas funcionan como un obstáculo institucional al momento de acceder a fondos públicos del Reino Unido, y en Londres también hay cierta desconfianza por la seguridad jurídica del país.

Previo al anuncio de la bilateral con Johnson, Alberto se reunió con premier hindú Narendra Modi. India es el cuarto socio comercial de la Argentina -después de Brasil, China y EEUU-. En el encuentro,

el Presidente buscó profundizar esa relación bilateral que todavía se mueve en el andarivel de compra de alimentos.

Megaplán por China

El G-7 destinará U$S 600.000 millones a un macroplán de infraestructuras en países de ingresos medios y bajos para contrarrestar el avance de China, anunció el presidente de EEUU, Joe Biden. que pondrá U$S 200.000 millones.

El G-7 le prohíbe la entrada al oro ruso


Ampliando aún más las sanciones contra Moscú, el G-7 anunció ayer la prohibición de importar oro ruso en su primer día de cumbre. En un contexto marcado por la guerra en Ucrania y su impacto en los mercados de la energía y los cereales, las siete democracias más industrializadas del planeta deberán demostrar la persistencia de la solidaridad occidental.

"Debemos agotar su régimen y sus financiamientos", dijo el premier británico, Boris Johnson.

Las exportaciones de oro ruso representaron el año pasado 14.640 millones de euros, mientras los rusos más ricos acumulan lingotes para atenuar el impacto de las sanciones financieras occidentales que, hasta el momento, alcanzan a más de 1.000 ciudadanos y empresas rusas.

Se burlaron de la imagen de hombre recio de Putin

Risas. Los líderes del G-7 ironizaron con las fotos que el presidente ruso suele sacarse con el torso desnudo y a caballo para impresionar.


Los líderes del G-7 reunidos en una cumbre en el sur de Alemania se burlaron ayer de algunas fotos en las que el presidente ruso, Vladimir Putin, aparece luciendo el pecho descubierto y bromearon sobre si sacarse una similar.

"¿Chamarras puestas? ¿Chamarras sin poner? ¿Nos quitamos los abrigos?" preguntó el primer ministro británico, Boris Johnson, al sentarse a la mesa instalando un clima de broma distante de la gravedad de la situación actual que interpela a los líderes de los países más poderosos del planeta, como el hambre y las muertes provocadas por la guerra en Ucrania que parece no tener un final a la vista.

Los líderes de las mayores potencias económicas occidentales -Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido- se encuentran reunidos durante tres días en el castillo bávaro de Elmau.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, sugirió que esperaran la foto oficial antes de desvestirse, pero entonces Johnson bromeó: "Tenemos que demostrar que somos más duros que Putin" y la broma siguió, según consignó un despacho de la agencia AFP.

"Vamos a tener una exhibición de montar a caballo con el torso desnudo", dijo Trudeau, refiriéndose a la foto de Putin en 2009 en la que aparece sin camisa montando a caballo.

"La equitación es lo mejor", reaccionó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sin pronunciarse sobre la cuestión de la ropa.

"Tenemos que mostrarles nuestros pectorales", añadió Johnson.

Finalmente, los líderes posaron -vestidos- para la sesión de fotos antes de que los periodistas abandonaran la sala.

Por otro lado, unas 800 personas se manifestaron ayer en Baviera (sur), contra la cumbre del Grupo de los Siete (G-7) que se celebra a pocos kilómetros de allí.