Se recupera. Milagro Sala padece una trombosis venosa profunda pero no será operada. Su dolencia se cura con un tratamiento. Durante la visita de Alberto no le soltó la mano al Presidente, que llegó con una comitiva importante.

En busca de la centralidad de poder, que puertas adentro implica un guiño para calmar aguas en el kirchnerismo con otro duro ataque a la Corte de Justicia, el presidente Alberto Fernández viajó ayer a la provincia de Jujuy para visitar a la dirigente social, Milagro Sala, que se encuentra internada en una clínica privada de la capital provincial por una trombosis venosa profunda. Y aunque el Presidente intentó exponer su caso como el de una víctima de las 'barrabasadas' de la Corte de Justicia al denunciar 'persecución' judicial, sobrevuela la sospecha de que la enfermedad de Sala no es tan grave como se quiso exponer en un principio -teoría a la que abona el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, el principal propulsor de las condenas contra la líder de la agrupación social Tupac Amaru- . Se especula que su súbita internación respondería a una serie de trascendidos sobre el pedido de la justicia jujeña para que la dirigente sea trasladada nuevamente al penal poniendo fin a su arresto domiciliario.

Una presentación del 7 de junio último pedía que el martes pasado la dirigente sea trasladada al Departamento Médico del Poder Judicial para ser evaluada por una Junta Médica para decidir su vuelta a la cárcel común. Pero el domingo, según sus allegados, se sintió indispuesta y resolvieron trasladarla a la clínica donde quedó internada.

En un principio destacaron que su estado de salud era de cierta gravedad y que el médico había aconsejado una cirugía. Sin embargo, ayer Milagro se encontraba en una sala de cuidados intermedios, se recuperaba y aparentemente no será necesario operarla ya que su dolencia puede ser curada con un tratamiento.

Su caso es emblemático para el kirchnerismo que no se cansa de denunciar año tras año que 'Milagro Sala es una presa política del gobernador radical, Gerardo Morales.

En este río revuelto, Alberto Fernández sorprendió ayer suspendiendo su agenda para correr al lado de Sala para mostrarle el respaldo del Presidente y todo el Gobierno nacional.

Fernández visitó a Sala por alrededor de una hora y estuvo sentado al lado de su cama en la Unidad Coronaria para conocer su estado de salud. En la conferencia, Fernández exhortó a los Tribunales de Jujuy como a la Corte Suprema de Justicia de la Nación a que empiecen a "enmendar las barrabasadas que se hicieron" en relación a la situación judicial de Sala.

"Es un caso paradigmático en la Argentina. Lo que le ocurre a Milagro no quiero que le ocurra a ningún argentino. No estoy pidiendo por su inocencia sino que estoy pidiendo el juzgamiento respetando las leyes argentinas, que los juicios se hagan sin presiones políticas, sin intencionalidades persecutorias, solo con el debido proceso", dijo.

En la rueda de prensa tras visitar a la dirigente jujeña, Fernández le planteó a la Justicia que tome sus "críticas del mejor modo" e instó a los jueces que intervinieron en el caso a "revisar lo que están haciendo, ya que no es un buen modelo para el país".

"A la Corte Suprema, que tiene tanta urgencia para tratar los temas que atañen a sus intereses, como el Consejo de la Magistratura o los jueces de la Cámara Federal, les pido que impriman urgencia al tratamiento de la sentencia que les llegó por vía de queja y que descansa en algún lugar de la Corte, y que, por favor, resuelva", requirió Alberto Fernández.

Una larga lista de causas y condenas

Milagro Sala tiene varias condenas en su contra. El año pasado, la Corte Suprema dejó firme una pena de dos años de prisión por amenazar a policías. Sala tiene otras condenas que todavía no están firmes y se encuentran apeladas. Una es a 13 años de prisión por el delito de asociación ilícita por el desvío de $60 millones destinados a cooperativas para la construcción de viviendas sociales. Otra es a cuatro años de prisión por lesiones graves contra otro dirigente social de su provincia en 2006. Y si goza de arresto domiciliario en su casa de Alto Comedero es por un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que dispuso que cumpla la detención en su domicilio para preservar su salud.

  • El indulto es inviable

La internación de Sala disparó pedidos al Presidente por parte de sus socios K para que 'use la lapicera' e indulte a la dirigente social. Sin embargo, esta facultad que tiene el Jefe de Ejecutivo no es aplicable en personas condenadas por corrupción como en este caso.