Mientras recrudece la pelea tanto política como física en el Parlamento de Venezuela para definir quién preside el país, el gobierno de Argentina tomó una decisión que fue leída como mucho más que un gesto: le quitó todas las credenciales a Elisa Trotta, la embajadora que había designado el líder opositor al régimen de Maduro, Juan Guaidó, y de esta manera le restó legitimidad al gobierno "paralelo" que el propio Guaidó encabeza tanto en el Ejecutivo como en el recinto legislativo venezolano.


La decisión fue ejecutada por el canciller argentino, Felipe Solá, quien incluso antes de que asumiera el presidente Alberto Fernández había anticipado su postura de que la designación de Trotta como embajadora en este país era algo "ilegal". Y ayer, mientras Guaidó encabezaba una accidentada jura como presidente interino pero sólo ante los diputados opositores (al igual que había sucedido el día anterior con los representantes del chavismo en el palacio legislativo), a Elisa Trotta le llegaba oficialmente el aviso de que ya no era reconocida como una funcionaria diplomática en Argentina.


"Me dirijo a usted a los efectos de comunicarle que a partir del día de la fecha se pone fin a su misión especial en la República Argentina y a sus funciones en el marco de la misma", expresaba textualmente la nota firmada por Mariángeles Bellusci, subdirectora nacional de Ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores.


Trotta había sido enviada como embajadora del sector de Guaidó el año pasado. Durante el gobierno de Mauricio Macri, se le reconoció ese estatus y no se le brindó legitimidad alguna al embajador que representaba al régimen de Nicolás Maduro, calificado como una dictadura por la gestión macrista y por buena parte de la comunidad internacional. Era además un claro posicionamiento político del Gobierno nacional, poniendo sus votos del lado de Guaidó y intentando así contrarrestar al chavismo en Venezuela.


Por eso lo de ayer fue visto también como una quita total de apoyo de parte de Argentina a la oposición a Maduro, si bien es algo que en el Gobierno no dijeron expresamente e incluso evitaron comentar, ciñéndose tan sólo al argumento de que Trotta no podía ser "legalmente" embajadora si quien la había designado tampoco era "legalmente" presidente de la República Bolivariana de Venezuela.


Este mensaje pegó de lleno en el círculo de Guaidó, quien ayer, tras asumir en condiciones muy particulares la presidencia interina ante el Parlamento (ver aparte) y a sabiendas de las buenas relaciones que habían unido al gobierno de Nicolás Maduro con el de Cristina Fernández de Kirchner mientras era presidenta, se refirió al gesto argentino: "No es nada que no esperáramos", dijo el jefe opositor, para agregar que "seguimos haciendo esfuerzos para que Argentina defienda la democracia".


Cabe recordar que la sociedad venezolana vive una profunda crisis social y económica, que motivó el intento de envío de ayuda humanitaria desde muchos países, y que esa situación fue la antesala a un estallido político gravísimo. Desde entonces, conviven dos presidencias de la Nación de forma paralela, cada una acusando de ilegítima a la otra, y ocupadas por el chavismo a nivel oficial y por el sector de Guaidó en el lado opuesto.


Parlamento: la oposición tuvo su jura

Juan Guaidó fue ratificado como presidente interino de Venezuela por la mayoría opositora de la Asamblea Nacional (AN, parlamento) en una de dos sesiones paralelas efectuadas ayer, en una nueva expresión del conflicto por la autoridad del cuerpo.


El parlamento unicameral debía realizar su primera sesión ordinaria del año, después de que el domingo escogiera sus autoridades para 2020 en dos debates paralelos y con sendos diputados designados, luego de que tropas militares impidieran el ingreso de los legisladores opositores a la sede de la AN. Los dos sectores convocaron a sendas sesiones, ambas en el Palacio Federal Legislativo, y primero se inició la del grupo minoritario, presidido por el ahora chavista Luis Parra, mientras la mayoría opositora era otra vez impedida de acceder al edificio por tropas de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militar).


Mientras se realizaba ese primer debate, los opositores se abrieron paso tras varios minutos de forcejeos con los militares e ingresaron al hemiciclo. Cuando eso ocurrió, Parra abandonó el recinto y se dirigió a la oficina de la presidencia. Una vez con el control del lugar, la mayoría opositora celebró una sesión en la que denunció la toma del Palacio Legislativo por las fuerzas armadas y ratificó a Guaidó como presidente interino de la república, para lo que le tomó un nuevo juramento. "En nombre de los que hoy no tienen voz, de esas madres que lloran a sus hijos en la lejanía, en nombre de Venezuela, juro cumplir con los deberes de presidente encargado y buscar solución a la crisis para vivir con dignidad", dijo Guaidó con su mano derecha sobre un ejemplar de la Constitución.