Uno de los cambios de alto impacto popular que estaría contenido en este mega plan de reformas está el cambio de la fórmula que determina el aumento de los haberes jubilatorios, pensiones y demás prestaciones sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH), las asignaciones familiares, y otros planes sociales.

La idea es actualizarlos por la inflación y de manera trimestral y dejar de lado el Indice de Movilidad Jubilatoria que se ajusta a una fórmula que sigue la evolución de los salarios y la evolución de recursos tributarios de Anses. Se aplica dos veces por año, en marzo y setiembre.

Pero si finalmente se concreta, el cambio del cálculo del reajuste jubilatoria le ahorraría al Estado Nacional más de 100.000 millones de pesos anuales porque la inflación sería menor a la de la Movilidad Jubilatoria ya que la recaudación de Anses viene subiendo.

Lo que sí estaría descartado en cambiar (subir) la edad para jubilarse, hoy estipulada en 60 años para las mujeres y 65 para los hombres. Sin embargo, eso sí ocurrirá en el caso de los regímenes especiales (también llamados "de privilegio") que contemplan jubilarse antes de tiempo. En esos casos, se buscará una convergencia a la edad general.

El plan propone también eliminar aportes patronales para los salarios menores a $ 10.000. Extender la licencia para los padres recientes y otorgar la posibilidad de un mes al año sin goce de sueldo. Un aumento de tarifas de alrededor de 35% en diciembre -luz y gas- y dos subas de 20% para las tarifas en 2018, Establecer un sendero de corrección en el precio del transporte de 50 centavos por mes (más un sistema de descuento para los viajes subsiguientes). Gravar las inversiones mayores a $1,4 millones en bonos, plazos fijos y Lebacs. Se cobrará IVA a servicios de empresas no radicadas en el país (caso Netflix). Seducirá parte del impuesto al cheque de Ganancias. Reducir la alícuota de este gravamen de 35% a 25% para empresas que reinviertan las utilidades.