El fraude y estafa en cuentas bancarias, como el robo de claves de acceso a homebanking o de datos de tarjetas de crédito, fue uno de los delitos que más creció el año pasado al pasar de 22 casos denunciados en 2019 a 641 en 2020.

Esta cifra representa un incremento de casi el 3.000%, tras el vuelco de usuarios a canales digitales durante la pandemia, según datos de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci).

En todos los casos, se trata de estrategias con las que los delincuentes atraen la atención de usuarios de dinero digital para hacerse de datos personales y, entonces, robarles dinero, hacer consumos con sus tarjetas o pedir préstamos de rápido otorgamiento.

"Hasta antes de la pandemia este tipo de delito se venía dando más a cuentagotas", señaló Horacio Azzorin, fiscal de la Ufeci.

Desde entonces arreciaron casos de personas con cuentas bancarias o tarjetas de crédito asociadas contactados por delincuentes a través de redes sociales, correo electrónicos o hasta llamados telefónicos para ofrecerles supuestas promociones exclusivas, la solución a un inconveniente operativo o hasta regalos.

"Es el cuento del tío digital -dijo Azzorin-. Los delincuentes contactan por mensajes privados y piden los datos de una cuenta para transferir ese dinero a un tercero al que, generalmente, le crearon una cuenta falsa con alguna foto de DNI y datos robados de Internet".

"El denominador común pasa por saber si es una persona atenta o no y cuenta con una educación digital", señaló Azzorin. Uno de las principales cambios que deja la pandemia es el salto en bancarización de usuarios que, por ejemplo, crearon millones de nuevas cuentas para acceder al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).

Para el especialista en ciberseguridad, Alexis Sarghel, el problema de la educación digital explica por qué en Argentina funcionan ataques que usan "técnicas viejas" que afectan, sobre todo, "a quienes iniciaron su proceso de bancarización de forma reciente y son más vulnerables".

"En Argentina no hay bandas de crimen organizado que hagan operaciones fuertes. Pero sí se ven estos delitos de menor escala. La clave pasa más por acciones preventivas. Hay que trabajar en la educación digital", dijo Sarghel.

En los últimos meses, tanto el Banco Central como las principales entidades bancarias trabajaron en campañas de concientización para aconsejar a los usuarios de modo que eviten caer en ciberataques.

La clave es que la gente advierta que compartir claves o gestionar nuevas por pedido de un supuesto representante del banco es algo muy peligroso. Entre los consejos más simples están: no dar datos confidenciales por teléfono, correo o SMS; nunca ir a cajeros automáticos si te lo piden por teléfono; verificar que las cuentas de redes sociales de los bancos cuenten con un tilde azul de validación. Télam

CONSEJOS

En el caso de recibir la llamada de un representante del banco del que son clientes, especialistas recomiendan no dar datos personales ni bancarios (claves, números completos de tarjetas o cuentas), ni realizar transferencias a cambio de futuros beneficios.