El uso de pantallas y los días de calor están complicando la calidad del sueño. Más del 70% de estudiantes de entre 12 y 18 años tiene somnolencia diurna debido a alteraciones del sueño provocadas por altos períodos de exposición a las pantallas, sobre todo antes de acostarse, lo que además redujo el rendimiento académico, según un estudio en Argentina publicado por la revista científica Plos One.

El estudio, el primero de este tipo que se realiza en el país y que abarcó a adolescentes de 12 a 18 años de 52 escuelas del ámbito rural y urbano, "correlaciona las notas obtenidas por los estudiantes en lengua y matemática con el tiempo de exposición a pantallas y muestra que el 71% de los alumnos evidencian una escala de somnolencia diurna", explicó el médico Daniel Pérez Chada, autor de la investigación.

Pérez Chada, director de la Clínica del Sueño del Hospital Austral y presidente de la Fundación Argentina del Sueño, destacó que evaluaron los "hábitos de sueño, cantidad de horas dormidas y distancias del colegio a la casa", entre otras variables que permitieron correlacionar los datos para analizar "las horas de sueño, exposición a pantallas y las notas de lengua y matemática".

Las conclusiones del análisis arrojaron que "el uso de pantallas a la hora de acostarse afectó negativamente el sueño, aumentó la somnolencia diurna y redujo el rendimiento académico", de los jóvenes.

"El 41% tenía un rendimiento menor en lengua y matemática", sostuvo el médico. Esto se debe a que "la luz azul emitida por las pantallas suprime la producción de melatonina, lo que provoca una interrupción circadiana y afecta el inicio y la continuidad del sueño", precisaron.

Los investigadores también evidenciaron que "los adolescentes que juegan videojuegos durante períodos de tiempo más prolongados exhiben una duración del sueño más corta y una mayor probabilidad de reportar somnolencia diurna".

Mientras que aquellos que usan dispositivos móviles de manera más extensa mostraron un mayor riesgo de "rendimiento académico reducido". "Nuestros hallazgos resaltan la importancia de limitar el uso de pantallas", concluyeron.

Por otro lado, especialistas explicaron que el calor puede afectar la calidad del descanso nocturno y producir insomnio, según especialistas. La directora de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, Stella Valiensi, señaló que "cuando se pierde la regulación de la temperatura corporal ya sea porque es demasiado cálida o demasiado fría, puede traernos trastornos del sueño".

"Mientras dormimos hay un descenso de temperatura en la madrugada, y si el ambiente es demasiado caluroso vamos a tardar más tiempo en perder esa temperatura. Por eso estos días de calor mucha gente que no suele tener insomnio lo ha tenido, porque nuestro organismo no está acostumbrado a ese cambio", explicó.

El ambiente donde se duerme "tiene que estar más bien fresco y ventilado, con una temperatura entre 20 a 25 grados", y para las mujeres menopáusicas, la especialista aconsejó el uso de ventiladores para mantener una ventilación constante. Aconsejó "beber mucha agua y evitar bebidas con alcohol ya que hay gente que cree que el alcohol va a inducir el sueño, pero en realidad es mucho peor". Pérez Chada sostuvo que "si nuestra temperatura corporal es de 37 grados y estamos en un ambiente que es muy próximo a nuestra temperatura corporal, no podemos cederle temperatura al ambiente y perder calor. Eso hace que los mecanismos de conciliación del sueño se vean alterados". El viernes pasado fue el Día Mundial del Sueño.