Tres jefes de distintas áreas del penal mendocino San Felipe fueron separados ayer de sus cargos y cuatro efectivos que trabajaban allí quedaron detenidos, tras la denuncia por maltratos y torturas a presos y la difusión de videos en los que se ve la aplicación de tormentos.

Fueron apartados de sus cargos los jefes de Seguridad Interna, de Inspección y de turno del complejo penitenciario (no fueron difundidos sus nombres), para determinar si tienen relación con los hechos.

En tanto, por orden judicial fueron detenidos cuatro penitenciarios identificados en las imágenes de la sesión de torturas grabadas con un celular y se procuraba localizar a otros dos que permanecían prófugos.

"Los agentes fueron reconocidos por sus jefes de la Penitenciaría, que prestaron su colaboración para la investigación", explicó el fiscal de Delitos Complejos Santiago Garay.

Respecto de la situación judicial de cada guardiacárcel, el fiscal dijo que "sólo podrían quedar en libertad los que estén acusados de vejámenes, debido a que el delito de tortura no es excarcelable", ya que tiene una pena de 8 a 25 años de prisión. El gobernador de Mendoza, Celso Jaque, afirmó que "se trata de un caso aislado, pero no significa que no se deba aplicar la ley como corresponde".