Según publica diario Clarín, esta semana Marcos Peña dio instrucciones concretas a sus ministros de dar un “trato especial” a diez gobernadores opositores que acompañaron la reforma previsional.  Sergio Uñac, no entra en la partida.

Con el aval del Presidente, el ministro del Interior destacó a Hugo Passalacqua (Misiones), Juan Schiaretti (Córdoba), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Manuel Urtubey (Salta), Lucía Corpacci (Catamarca), Domingo Peppo (Chaco), Juan Manzur (Tucumán), Omar Gutiérrez (Neuquén), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego). "Si ellos los llaman, atiendan el teléfono", les pidió Frigerio.

"Nos pidieron que cuidemos a los que nos ayudaron a garantizar la gobernabilidad en un momento muy complicado; los que no especularon con sacar rédito político y supieron diferenciar entre expresar una diferencia y pegarle al Gobierno haciendo demagogia", razonó un ministro, presente en la reunión, en diálogo con Clarín.

A eso aludió ayer el jefe de Gabinete Marcos Peña cuando se entusiasmó en "poder trabajar en una agenda común que permita no sólo discutir la coyuntura, sino trabajar en la construcción de un mediano y largo plazo" e instó a "no mentir, no engañar y no hacer la demagogia chiquita". Fue un guiño a los que colaboraron y, al mismo tiempo, un dardo por elevación a los que se desmarcaron del Gobierno en diciembre.

Si bien diálogo institucional hay con todos, incluso con la santacruceña Alicia Kirchner, el pampeano Carlos Verna y Gildo Insfrán (Formosa), la relación con los gobernadores mutó a lo largo de los dos años que Macri lleva en el poder. Un caso emblemático es el de Sergio Uñac, quien a los ojos del Gobierno pasó de héroe a villano en menos de un año. Tanto que hoy no integra la selecta lista "de buena fe" que hizo Macri.

Tras el polémico debate de la ley previsional en Diputados,  Uñac y otros tres mandatarios quedaron en la mira del Presidente: Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Sergio Casas (La Rioja) y Miguel Lifschitz (Santa Fe).

En Balcarce 50 explican que el enojo con "los que jugaron mal" en diciembre no es directamente proporcional a la cantidad de votos que aportaron.

Fuente: Clarín