En una sesión con intensos reproches opositores se modificó la ley de Educación para que en situaciones excepcionales puedan dictarse clases en forma remota; se sancionó la nueva ley de alquileres y se avanzó en la suspensión por 180 días de la inscripción de las Sociedades por Acciones Simplificadas una figura jurídica que estableció el gobierno anterior y que tuvo media sanción.

El oficialismo convirtió en ley la modificación del Código Civil y Comercial de la Nación que impondrá un nuevo esquema para los alquileres como un plazo mínimo de duración de tres años para esos contratos, la actualización del monto en forma anual según una fórmula que resulta de la combinación entre el índice de inflación y el de salarios (RIPTE); la inscripción de los contratos a través de la AFIP; garantías del inquilino a través de la escritura de una propiedad, un seguro de caución, aval bancario, recibo de sueldo o certificación de ingresos; y el pago de las expensas extraordinarias por parte del locatario.

Más de la mitad de los senadores del interbloque Juntos por el Cambio pidió la palabra para reclamar contra el Frente de Todos por el inclumplimiento del reglamento consensuado que establecía que en sesiones remotas sólo se tratarían en el recinto proyectos vinculados con el COVID-19. Fue la razón por la que la oposición votó a favor de la modificación de la Ley de Educación pero se retiró, junto a senadores del interbloque Federal, cuando iba a tratarse la reforma al Código Civil y Comercial para poner nuevas obligaciones y derechos para los inquilinos, aún cuando estaban a favor de esa norma. Y rechazaron la caída de las SAS. El peronismo prefirió en su mayoría guardar silencio y hasta se bajó de la lista de oradores una de los siete anotados. Fueron 29 los senadores que se desconectaron y apagaron sus cámaras después de votar sobre Educación.

Entre las voces más duras, la primera en denunciar la violación del reglamento votado por unanimidad fue la cordobesa Laura Rodríguez Machado que, por ser Vicepresidenta Segunda, estuvo presente junto a Claudia Ledesma Abdala, Martín Lousteau y Maurice Closs. En la misma línea, el fueguino Pablo Blanco consideró “una muy mala señal no respetar los acuerdos” mientras que Humberto Schiavoni anunció que no votarían la ley de alquileres, “aunque compartimos el espíritu”, porque no está vinculada con el COVID-19. Además, aseguró: “No reviste urgencia ya que los inquilinos están protegidos por un DNU del Presidente”. Y recordó que “hemos demostrado propensión al diálogo, dimos dos tercios para tratar el paquete de leyes de emergencia”

Varios apuntaron a Cristina Kirchner. Y no sólo por el reglamento. Esteban Bullrich dijo que las SAS, inscripciones exprés y digitales, sólo tienen tres sociedades cuestionadas de 30.000 inscriptas. “En cambio hay sociedades hoteleras que lavaban dinero y lo admitieron en la Justicia, borraban con liquid paper el papel”, refirió sobre la llamada causa Hotesur que involucra a los Kirchner. Pero el senador que en 2017 le ganó a Cristina Kirchner la elección en Buenos Aires puso a salvo a Alberto Fernández: “Elijo seguir creyendo en la buena fe del presidente Fernández”.

Silvia Elías de Pérez afirmó que “hirieron de muerte la democracia” y que “me niego a ser la escribanía de Sergio Massa”, en alusión a que Diputados viene siendo cámara de origen y el Senado la revisora. Mientras hablaba golpeaba la mesa.

Por el oficialismo, el chubutense Alfredo Luenzo negó que “este Congreso le cierre la boca a quienes quieran expresarse”: “Este cuerpo sesionó durante el año 2019 sólo en siete oportunidades, dos de ellas sobre tablas y cuatro especiales que interesaban al presidente Macri y una especial para la presentación del jefe de Gabinete”. Además pidió “aplicar el sentido común” ya que “todos los temas están atravesados por esta emergencia” y destacó: “No nos negamos a debatir ningún tema”

La senadora pampeana Norma Durango, de la banca de la Mujer, desagravió a Cristina Kirchner y a la vice del bloque del Frente de Todos, Anabel Fernández Sagasti. “Repudio las declaraciones de Luis Juez, se refirió de manera despectiva” dijo sobre ambas y lamentó: “Me hubiera gustado que alguna compañera de la oposición hubiera hecho este comentario” y cerró su discurso, tras defender los temas en agenda, con molestia: “Hemos visto que esta situación hace a los solidarios más solidarios y a los miserables más miserables”.

También habló la mendocina Pamela Verasay, radical, que la semana pasada tuvo problemas de conexión. Incluso Cristina Kirchner le había preguntado a Lousteau, en la apertura de la sesión, si su compañera de bancada estaba conectada. Él se rió. Siete días atrás hubo un cruce entre ellos porque CFK afirmó que la mendocina había olvidado la clave y el senador afirmó lo contrario. La propia Verasay insistió que aún nadie le explica qué pasó, aseguró que su usuario quedó bloqueado y cuestionó la seguridad del sistema. Molesto, el secretario parlamentario, Marcelo Fuentes, leyó el informe de la Dirección de Infraestructura Tecnológica según el cual la clave se bloqueó aparentemente por olvido.

Martín Lousteau usó el caso de su compañera de bancada como ejemplo del accionar del oficialismo y solicitó “no violar las normas que nos hemos dado” aunque sugirió volver a discutir el reglamento acordado que debe volver a votarse dentro de 15 días.

Lo que más molestó a la oposición fue el proyecto del senador Oscar Parrilli (FdT) que implica suspender por 180 días la constitución e inscripción de las llamadas Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) que impulsó el gobierno de Mauricio Macri y que pasadas las ocho de la noche logró media sanción.

Juan Carlos Romero, del Interbloque Federal, reprochó el “revanchismo” de algunos referentes kirchneristas para dar esta marcha atrás: “La gente los votó pero no les dio un cheque en blanco”.

Tres horas después de iniciado el debate, extendido por las interrupciones y enojos, el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff, mencionó “cierto olor a revancha” pero agradeció el desarrollo de la sesión a Claudia Ledesma Abdala que ocupó el sitio que dejó Cristina Kirchner. “Muchas gracias por ordenar la sesión y posibilitar que cada uno de los senadores haya hecho uso de la palabra como acordamos con Secretaría Parlamentaria”, señaló el formoseño. Hasta denunció una supuesta venganza presidencial luego de que el jueves pasado Juntos por el Cambio haya negado los dos tercios de los votos en el Senado para tratar los temas que finalmente se debatieron hoy.

Naidenoff dijo que el anuncio del Presidente de frenar la construcción de la obra en Portezuelo que habían firmado Néstor Kirchner con Julio Cobos cuando uno era presidente y el otro gobernador, “tiene relación directa con esas dos horas en el Senado”. Y dijo que “el Presidente mostró lo que es cuando en una conferencia de prensa se arrogó potestades del Congreso” sobre el anuncio de expropiación de Vicentin. “Algún empresario, algún dueño de un matadero, está en zona de riesgo, todos están bajo el límite de la arbitrariedad” alertó.

Cristina Kirchner volvió al recinto cuando Naidenoff terminaba de hablar. “Senador le quedan 30 segundos”, le avisó. Rápido él respondió: “Terminé presidenta, antes de los 30 segundos”.

El cierre estuvo a cargo de María de los Angeles Sacnun que apeló a una lista de decisiones del macrismo como la posibilidad de que accedieran al blanqueo los familiares de los funcionarios, algo que no estaba en la ley y se modificó por decreto. Además, como santafesina, respondió a los cuestionamientos por Vicentin. La cámara mostró a Cristina Kirchner escuchando atenta, cruzada de brazos y asintiendo con su cabeza. Gran parte de su discurso apuntó a defender la decisión del Gobierno respecto a la agroexportadora.

La modificación del artículo 109 de la Ley de Educación Nacional, que ya había votado Diputados, establece la “excepcionalidad a distancia” como modalidad educativa en todos los niveles cuando haya pandemia, razones de fuerza razón o grandes catástrofes. Fue votada por unanimidad antes de que se retiraran la oposición y Cristina Kirchner.

Después, 11 senadores sentaron su posición. Los peronistas le respondieron a la oposición aunque ya no estaban presentes. Casi como un partido de fútbol sin visitantes, ni jugadores adversarios.

En los cierres Alberto Weretilneck, el único senador de Juntos Somos Río Negro, que había ido a la Corte a favor de las sesiones remotas, leyó el dictamen del alto tribunal. “Nada indica respecto a la modalidad física”, reflexionó sobre el fallo que reconoce la facultad constitucional del Congreso de sesionar en forma presencial o remota. “No nos ha privado de tratar ningún tema. En la próxima sesión tenemos que tomar una decisión la mayoría y agotar este debate, este circo, este show”, consideró el ex gobernador un rato después de que su sucesora, Arabela Carreras, haya pasado por Casa Rosada. “Lo de hoy ha sido suficiente, soy nuevo, me toman por tonto porque tengo que escuchar durante 133 minutos discursos de moralidad cuando ni siquiera respetan lo que se está discutiendo”, apuntó a Juntos por el Cambio por haber debatido más sobre las SAS que sobre Educación, que era la razón de la lista de oradores que conformaron.

En el cierre, Mayans habló de “una estrategia de relato”, calificó como “muy malos actores” a los opositores y volvió sobre la historia del macrismo. Justificó, como Sacnun, la incorporación de temas que no están directamente referidos a la pandemia.

Tras aceptar modificaciones Parrilli consideró “supina” la participación de “la senadora de Córdoba”. “Estaba mintiendo”, dijo sobre Rodríguez Machado y agregó que habría visto que estaba equivocada si se hubiera quedado hasta el final: “Hemos logrado la media sanción de un proyecto que va a servir mucho al Gobierno, mucho a la Economía, para ordenar el desorden que dejaron y en apoyo al capital emprendedor”.

Cristina Kirchner no volvió al recinto tampoco para la votación de alquileres ni la suspensión de las SAS. En su lugar, tras seis horas de debate, la santiagueña Claudia Ledesma Abdala levantó la cuarta sesión remota a las 20 y 32.