Justicia. Los alumnos de la escuela a la que asistía Xiomara (foto) colocaron ayer en el frente del establecimiento una serie de carteles en reclamo de justicia.

Una adolescente de 15 años que había sido secuestrada el pasado martes en la puerta de una escuela del barrio porteño de Flores y por cuya liberación se pidió drogas y 30.000 pesos fue hallada muerta ayer en el asiento trasero del auto de sus captores. Los secuestradores fueron detenidos tras una persecución en el partido bonaerense de Ituzaingó, informaron fuentes policiales.

Todo comenzó cerca de las 17.30 del martes pasado cuando la víctima, identificada como Xiomara Naomí Méndez Morales, salió del Liceo número 5 Pascual Guagliamore, y fue interceptada por un hombre que la llamó por su nombre y la subió a un Fiat Duna rojo.

La tía de la víctima, Katherine, contó que Xiomara iba caminando con una amiga, a quien le dijo que la habían ido a buscar, porque uno de los captores que la hizo subir al auto es un remisero conocido de la familia.

Según los pesquisas, los delincuentes amordazaron a la adolescente, le ataron los pies y las manos, le taparon los ojos y la obligaron a tirarse en el piso de la parte trasera del auto. A las 17.50, uno de los captores se comunicó por primera vez con la madre de Xiomara, llamada Jéssica Patricia Morales Pérez, para decirle que la tenían secuestrada. "Patri, tengo a tu hija Naomí" (como la llaman sus padres), le dijo una voz masculina en un mensaje de Whatsapp que envió desde el teléfono de la chica. En el tercer mensaje, el delincuente le exigió unos "30.000 pesos y cocaína" como rescate para liberarla sana y salva, dijeron las fuentes.

La familia aseguró ante la prensa que lo primero fue reportar el secuestro a la excomisaría 38 (actual comisaría vecinal 7A de la Policía de la Ciudad) y allí no le quisieron tomar la denuncia, que llamaron al 911 y que finalmente un policía los derivó a la excomisaría 40 (actual 9C), donde sí pudieron denunciar el hecho.

El padre de la chica, quien es remisero y aparentemente también vendía y compraba autos usados, finalmente pactó con los secuestradores el pago de 30.000 pesos, los cuales dejó cerca de la medianoche en el cruce de las avenidas Boedo y Chiclana, en Boedo.

Sin embargo, los delincuentes huyeron del lugar sin liberar a su hija por motivos que se investigan. Para ese momento, efectivos de Antisecuestros seguían de cerca al auto con los captores, quienes tomaron el Acceso Oeste y, a la altura del partido de Ituzaingó, fueron retenidos para un control vehicular de rutina de la Policía.

Allí, les pidieron la documentación y el conductor entregó la cédula verde, pero al verlos muy nerviosos, los efectivos les pidieron a ambos ocupantes que bajaran del auto, lo que hizo que escaparan a toda velocidad.

Los detectives de la Policía Federal iniciaron entonces la persecución, que culminó en la colectora y la calle De la Guitarra, donde el auto chocó contra otro que estaba estacionado frente a una remisería y los policías detuvieron a los dos delincuentes.

En ese momento, descubrieron a la adolescente tirada y desvanecida en el piso del asiento trasero, por lo que la trasladaron al Hospital Brandsen de Ituzaingó, donde se determinó que ya estaba fallecida.

Fuentes policiales explicaron que la chica estaba tapada con una manta y cinta de embalar enroscada por todo el cuello y la cara, lo que le obstruía las vías respiratorias, y además tenía un cinturón de seguridad en el cuello.

"Creemos que murió asfixiada por las condiciones en las que la tenían, aunque no descartamos una asfixia mecánica intencional", dijo un jefe policial. Al ser requisado el auto, la Policía encontró un bidón lleno de nafta, lo que hace sospechar que planeaban incinerar y deshacerse del cadáver y quizás del Duna. También se recuperaron los 30.000 pesos del rescate e incautaron en el vehículo una pistola calibre 9 milímetros, una faca y precintos plásticos. Los detenidos fueron identificados como Luis Alberto Fernández (40) y Martín Cortez (36), quienes fueron llevados a la División Operativa Central mientras eran agredidos e insultados por vecinos. Ambos serán indagados hoy por "secuestro extorsivo seguido de muerte, agravado por haberse producido el pago del rescate y por la edad de la víctima". Télam

Un posible ajuste de cuentas por drogas


La policía de la provincia de Buenos Aires realizó ocho allanamientos en simultáneo en el partido bonaerense de La Matanza y en Capital Federal por una causa de narcotráfico. Uno de los operativos se llevaba a cabo en la casa de la familia de Xiomara, que fue secuestrada y asesinada.

Los allanamientos fueron ordenados por el juzgado federal de Morón a cargo de una causa iniciada hace dos meses en la que se investiga a una banda narco integrada por personas de nacionalidad peruana y boliviana. Fuentes policiales informaron que por el momento no descartaron que la familia de la víctima formó parte de una banda narco.

El juzgado de Morón investiga a la banda por la presunta comercialización de cocaína y aparentemente dos de las personas sospechadas de participar de la organización son el padre y un tío de Xiomara. De esta manera, el foco de la investigación está puesto en un posible ajuste de cuentas. "Sus papás estaban separados y ella vivía con la mamá. Tenía un montón de amigos", dijo una joven que conocía a Xiomara, hija de peruanos.


Condenada


La madre de la adolescente Xiomara, Jessica Patricia Morales Pérez (36 años y nacida en Lima, Perú), fue condenada en 2005 por un tribunal porteño a la pena de un año y medio de prisión en suspenso por el delito de tenencia simple de estupefacientes.


Por robo


El 12 de julio de 2012, Luis Gerardo Méndez Portilla (34 años), padre de Xiomara, también nacido en Perú, fue condenado por un tribunal porteño a 9 meses de prisión al ser encontrado culpable del delito de robo en grado de tentativa.