El ejemplo a seguir. Bolivia, que el próximo domingo irá a las urnas para elegir presidente, volverá mostrar el crecimiento más alto del PBI en América Latina en 2019 con un 3,9%.

La guerra comercial entre China y Estados Unidos reducirá el crecimiento de la economía mundial este año a su menor ritmo desde la crisis financiera del 2008, dijo el martes el Fondo Monetario Internacional (FMI), y añadió que el panorama podría volverse aún más sombrío si no se resuelve el conflicto.

En su reporte Perspectivas Económicas Mundiales, el FMI recortó en 0,3 puntos porcentuales su estimación sobre la expansión total del PIB de este año, a 3%, respecto de sus últimas previsiones de julio, en buena parte por el impacto de las fricciones arancelarias. Y Argentina no escapa de este contexto global.

El Fondo pronosticó para Argentina una caída del 3,1% del PBI, una inflación 57,3% y una tasa de desempleo de 10,6% para todo el 2019. Y estimó el desequilibrio de la cuenta corriente en 1,2%.

Para el año próximo, el FMI prevé mejores condiciones para la Argentina, con una fuerte desaceleración de la inflación, en 39,2%, y una menor caída del PBI, en 1,3%.

Para el FMI, "el drástico empeoramiento de las condiciones macroeconómicas ocurrido entre 2017 y 2019 en un pequeño número de economías sometidas a graves tensiones (en particular, Argentina, Irán, Turquía y Venezuela) explica alrededor de la mitad de la disminución del crecimiento mundial, de 3,8% en 2017 a 3,0% en 2019".

Según la entidad "estas mismas economías -junto con Brasil, México y Rusia, que según las proyecciones crecerán aproximadamente 1% o menos en 2019- generan más de 70% del repunte del crecimiento previsto para 2020".

Por lo que se prevé para el año próximo (2020) un crecimiento global de 3,4% (lo que igualmente constituye una revisión a la baja de 0,2 puntos porcentuales respecto de abril), y esa mejora es "más que nada gracias a la mejora proyectada del desempeño económico de varios mercados emergentes de América latina, Oriente Medio y economías emergentes y en desarrollo de Europa, que se encuentran sometidas a tensiones macroeconómicas". Sin embargo, teniendo en cuenta la incertidumbre en torno a las perspectivas de varios de estos países, la desaceleración proyectada en China y Estados Unidos y los destacados riesgos a la baja, el ritmo de la actividad mundial bien podría resultar ser más moderado, advirtió el texto presentado ayer, en conferencia de prensa.

El Fondo espera que "en Argentina la economía se contraiga más en 2019 debido a la pérdida de confianza y al endurecimiento de las condiciones de financiamiento externo".

En este sentido, expuso que "las elecciones primarias de agosto produjeron un fuerte aumento del rendimiento de los bonos públicos en medio de una venta masiva general de activos nacionales". Y para el próximo período, el FMI "proyecta que la economía argentina se contraiga nuevamente en 2020, pero no tanto como este año".

Venezuela se hunde y Bolivia vuela

Estos datos publicados por el FMI suponen un toque de atención para las autoridades argentinas, ya que el organismo crediticio había pronosticado que la contracción este año iba a ser del 1,7% para volver a la senda positiva en 2020, con un crecimiento del 2,7%. Ni una, ni otra cosa.

De momento, la asistencia financiera del FMI al Gobierno argentino, con desembolsos por un total de 56.300 millones de dólares, no ha surtido el efecto esperado por la institución multilateral, que espera que Argentina logre este año el equilibrio fiscal primario. No obstante, el país que peor escenario económico presenta es otra vez Venezuela que se reducirá un tercio en 2019 (-35 %), un efecto devastador par el resto de los países. Entre los aspectos positivos en Latinoamérica destacan las buenas perspectivas de Perú, Chile, Colombia y Bolivia, para los que se esperan ritmos de crecimiento anual de entre el -2,6% de Perú hasta el 3,9% de Bolivia- este año y el próximo, aunque en estos casos se han revisado a la baja las previsiones.