Francisco advirtió que 'en una guerra no se baila el minué, se mata'. En una entrevista exclusiva con la agencia oficial de noticias Télam, el Papa no ahorró críticas para la ONU.

Al referirse a la intervención de organismos mundiales en la Guerra en Ucrania, el pontífice consideró que 'después de la Segunda Guerra Mundial hubo mucha esperanza en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). No quiero ofender, sé que hay gente muy buena que trabaja, pero en este punto no tiene poder para imponerse. Ayuda sí para evitar guerras y pienso en Chipre, donde hay tropas argentinas. Pero para parar una guerra, para resolver una situación de conflicto como la que estamos viviendo hoy en Europa, o como las que se vivieron en otros lugares del mundo, no tiene poder. Sin ofender. Es que la constitución que tiene no le da poder'.

Al referirse a la pandemia del coronavirus, consideró que no le 'está gustando' como se sale de esa crisis y observó que 'ciertos sectores de poder' transformaron la situación 'en un negocio'.

'No me está gustando. En algunos sectores se ha crecido, pero en general no me gusta porque se ha vuelto selectivo. Fijate, el solo hecho de que África no tenga las vacunas o tenga las mínimas dosis quiere decir que la salvación de la enfermedad también fue dosificada por otros intereses. Indica que algo no funcionó. Cuando digo que nunca se sale igual, es porque la crisis necesariamente te cambia. Más aún, las crisis son momentos de la vida donde uno da un paso adelante. Está la crisis de la adolescencia, la de los 40. La vida te va marcando etapas con las crisis. Porque la crisis te pone en movimiento, te hace bailar. Y uno tiene que saber asumirlas, porque si no lo hacés las transformás en conflicto. Y el conflicto es algo cerrado, busca la solución dentro de sí', expresó.

A su vez, remarcó que en la crisis del covid-19 'hubo héroes: los médicos, enfermeros, curas, que realmente dieron la vida. Algunos murieron. Dar la vida por los demás es una de las cosas que apareció en esta crisis. Los curas también se portaron bien, porque las iglesias estaban cerradas, pero llamaban por teléfono a la gente. Hubo curas que les preguntaban a los viejitos qué necesitaban y les hacían las compras. O sea, las crisis te obligan a solidarizarte porque todos están en crisis'.

En ese contexto, afirmó que 'de la crisis no se sale solo. O salimos todos o no sale ninguno. La pretensión que un solo grupo salga de la crisis, por ahí te puede dar una salvación, pero es una salvación parcial, económica. Pero no se sale totalmente. Quedás aprisionado por la opción de poder que hiciste. Lo transformaste en un negocio, por ejemplo. Usar la crisis para el propio provecho es salir mal de la crisis y, sobre todo, es salir solo. De la crisis no se sale solo, se sale arriesgando y tomando la mano del otro'.

Un camino de más de nueve años

Francisco recordó que en marzo de 2013 llegó al Vaticano 'con una valijita, lo puesto y un poquito más', y al describirse casi una década después, con casi diez años como Pontífice de la Iglesia Católica, dijo que la experiencia de todo este tiempo lo volvió 'más misericordioso' y que además aprendió a 'saber esperar siempre'.

'Me di cuenta que por ese camino no se va, que hay que saber conducir. Es esa paternidad que tiene Dios', explicó, para luego profundizar: 'La vida es muy linda con el estilo de Dios, de saber esperar siempre. Saber, pero hacerte el tonto como que no sabés y dejarlo madurar'.

'Las cosas que hice no las inventé ni las soñé después de una noche de indigestión. Recogí todo lo que los cardenales habíamos dicho, en las reuniones pre-cónclave, que debía hacer el próximo Papa'.

El argentino Jorge Mario Bergoglio agregó que se considera 'un hombre que tomó una senda, con altos y bajos, y tantos amigos lo ayudaron a seguir caminando. No me imagino una persona solitaria, porque no lo soy. Una persona que caminó su vida, que estudió, que trabajó, que se metió a cura, que hizo lo que pudo. No se me ocurre pensarlo de otra manera'.

  • Sin audiencias

Francisco redujo parte de sus compromisos de julio y no participará durante este mes de las tradicionales audiencias generales de los miércoles, abiertas al público. ‘Están suspendidas. Volverán el 3 de agosto’, comunicó ayer la Sala de prensa vaticana.