El más prestigioso. Raffo, de 88 años, dejó una nota por su suicidio.


El prestigioso médico forense Osvaldo Hugo Raffo, quien en su momento afirmó que al fiscal Alberto Nisman lo mataron, fue encontrado ayer muerto por un balazo en la cabeza en la bañera de su casa con unas notas en las que afirma su suicidio por una dolorosa enfermedad. 


La nota dirigida al juez estaba firmada y decía que se suicidaba porque no 
aguantaba más los dolores que lo aquejaban. Su cuidadora, quien no trabaja los domingos, al ingresar al domicilio, donde el forense vivía solo, encontró en la cocina dos notas firmadas y selladas por el propio Raffo, quien en el último tiempo tenía una afección seria en la columna que le causaba grandes dolores.


La primera nota -a cuyo contenido accedió Télam- está dirigida a su empleada y decía: ‘Silvia, no te asustes. No subas sola. Dios te guarde‘.


La segunda nota hallada en un cuaderno con espiral, estaba dirigida al ‘Juez‘, está fechada como ‘17/03‘ a las ‘8.35‘ y dice: ‘No soporto más los dolores que me aquejan. No se culpe a nadie de mi muerte. Dios me perdone‘.


El cuerpo de Raffo fue hallado acostado en la bañera, boca arriba, vestido con una bata negra y un pantalón corto tipo pijama celeste y con medias colocadas. El cuerpo presentaba un disparo en la cabeza y tenía un revólver calibre 38 en su mano derecha.


Raffo (88) era el médico legista de más prestigio en el país, realizó alrededor de 20.000 autopsias y participó en los casos más resonantes de la historia criminal argentina, como la muerte del fiscal Alberto Nisman o el crimen de María Marta García Belsunce, entre otros.


El forense fallecido fue uno de los que mantuvo con mayor insistencia que la muerte del fiscal Alberto Nisman, que fue encontrado hace más de cuatro años en su casa con un disparo en la cabeza, no se correspondía con un suicidio, sino que se trataba de una asesinato. A finales de 2017, un nuevo análisis encabezado por la Gendarmería, una fuerza que no había participado en las primeras investigaciones, desmintió el primero y estableció su versión: dos personas drogaron con ketamina, golpearon y asesinaron al fiscal, al tiempo que manipularon la escena para simular un suicidio.