La Unión Industrial Argentina elaboró un nuevo informe, a partir de una encuesta realizada a más de 740 empresas, en el que sostiene que “a tres meses de iniciada la pandemia, los problemas económicos y operativos se van acumulando”. “El 38% de las empresas manifestó que, de mantenerse las mismas condiciones en los próximos tres meses, la continuidad de su actividad estará comprometida.

Un 13% sostuvo que, de prolongarse el estado de situación, podría entrar en concurso preventivo”, remarcó el estudio. Y es por eso que directivos de la UIA señalaron a Ámbito que consideran fundamental que el programa ATP continúe vigente para algunos sectores. Y, de hecho, sostuvieron que esta necesidad fue planteada a las autoridades nacionales, con quienes mantienen “diálogo permanente”.

“Entiendo que el ATP cumple una función muy importante, teniendo en cuenta que no solamente ha habido una prohibición de actividad económica por el aislamiento, sino que hay fases de evolución y fases de involución. Y esto tiene un efecto en la actividad y, consecuentemente, sobre el empleo y la demanda, que está muy retraída.

Es decir, que puede ser que se pueda trabajar, como en los casos esenciales, pero en algunos rubros hay un nivel de actividad del 50% y en otros, el 20%. Por ende, el ATP viene a mitigar el impacto negativo que implican el pago de remuneraciones o asignaciones no remunerativas, a los trabajadores afectados”, señaló a este diario Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA y presidente de la Copal.

De cara a los próximos meses, el empresario consideró necesaria la continuidad del ATP. “En aquellas zonas y actividades donde se normaliza la actividad y, consecuentemente se reactiva la economía, es evidente que se puede disminuir la ayuda. Mientras que en los casos en que continúa habiendo inhibición de actividades, porciones importantes de la población laboral que no pueden trabajar, o un daño muy fuerte en la demanda, evidentemente, entiendo que ahí debe continuarse”, sostuvo Funes de Rioja, quien aclaró: “No hay una pandemia a una sola velocidad, sino a distintas velocidades e intensidades. Y, en función de eso, no creemos que pueda darse por terminado el ciclo de los ATP, tal como señalamos en el caso del aguinaldo. Y así lo hemos planteado a las autoridades respectivas, al Ministerio de Desarrollo Productivo, con quien tenemos un diálogo permanente en todos estos temas. Y lo están analizando”.

También José Urtubey destacó la importancia del apoyo estatal. “Según la OCDE, para los países que tuvieron un aislamiento fuerte como el nuestro, los estímulos de colaboración que planea como necesario para que las empresas no tengan problemas, deben ser por 180 días”, graficó. De todas formas, el empresario también aclaró: “Eso es en el mundo. Aquí empezamos la pandemia con gravísimos problemas económicos, con lo cual es evidente que los recursos que tenemos son limitados”.

Dichos pedidos se dan luego de que se conociera que el Gobierno reducirá la ayuda a las empresas para pagar salarios. Según decidió el Gabinete económico, para acceder al beneficio se tomarán en cuenta dos criterios: ubicación geográfica y estará acotado a los rubros críticos. Tampoco podrán acceder empresas de más de 800 empleados (salvo grandes hoteles, por ejemplo). Además, el monto no será el mismo para todos y se calculará en función a los parámetros señalados.

Datos

El informe de la UIA destaca que, sobre el total de empresas encuestadas, un 21% continúa inactivo (versus el 56% del mes pasado). En tanto, sólo un 17% produce al nivel previo a la pandemia y más del 43% produce con caídas mayores al 50%. Además, el 33% de las empresas enfrenta un desplome de las ventas por encima del 60%, y otro 29% tuvo caídas entre el 30% y 60% (en comparación a las ventas de antes de la pandemia).

Al analizar la caída en el nivel de producción por región, se destaca a la zona del AMBA como la más afectada. Por ejemplo, un 32,4% de las empresas de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires no están produciendo, mientras que el 40,6% lo hace con una caída mayor al 50%. Algo similar ocurre con el nivel de ventas: para el 37,4%, cayeron más del 60%.

Por otra parte, el estudio asegura que las empresas siguen forzadamente endeudadas debido al corte de la cadena de pagos y a la caída de la facturación. “Hay un elevado porcentaje de empresas con atraso en impuestos (41%), en compromisos financieros (29%), en pago a proveedores (27%) y en tarifas de servicios (18%)”, detalló.