Ayer quedó prácticamente descartado que los 944 kilos de cocaína que llegaron a Barcelona, a principio de año en un avión piloteado por los hermanos Juliá, partieron desde el aeropuerto de Ezeiza, de donde partió el 1 de enero rumbo a España. Una fuente con acceso a la causa dijo que allí "hay muchos controles" y destacó, que no evidencian irregularidades.

En este marco, la cocaína se subió al avión en otro de los 3 lugares en los que la nave estuvo en el país (el aeródromo de Morón, Mar del Plata y Aeroparque) o en Cabo Verde.

Por eso el juez Alejandro Catania espera que la Justicia de España le informe los datos de la computadora del avión y cómo fue hallada la droga. Esa información es "clave" por 2 motivos. Primero, que de la computadora surge el peso del avión en cada uno de los lugares donde estuvo, por lo que así se puede donde se cargó. Y segundo, cómo y en qué parte del avión fue el hallada la droga. "Si la droga estaba dentro de bolsos pudo haber sido cargada en Cabo Verde. Pero si se encontró dentro de los asientos eso lleva más tiempo y se habría cargado en el país", explicó un vocero.

En tanto, el jefe civil del aeródromo de Morón, Ricardo Palazón, declaró ayer ante el juez Catania. "No puedo decir nada más porque la causa está en secreto de sumario", dijo Palazón, quien depende de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Fuentes judiciales informaron que Palazón fue consultado sobre las funciones de la ANAC, y el movimiento del avión y el personal que se ocupaba de él. A pesar del silencio sobre la declaración, voceros de la ANAC habían adelantado que el funcionario iba a deslindar responsabilidades en la Fuerza Aérea, ya que corresponde a ella el control de las cargas.