El incontrolable salto de la inflación al cierre del año pasado, que terminó impactando en el bolsillo de los trabajadores por partida doble -suba de precios y caída de salarios- fue la tormenta perfecta para el crecimiento de la pobreza, el indicador más sensible a la hora de medir la situación social del país. 


Según informó ayer el INDEC, la pobreza aumentó a nivel nacional al 32% en el segundo semestre de 2018, contra el 25,7 de igual período de 2017. Es decir, que entre fines de 2017 y fines de 2018 la pobreza estructural en Argentina creció 6,6 por ciento.


En tanto, el Nivel de Indigencia aumentó al 6,7% desde el 4,8% de finales del 2017.
La pobreza también pegó fuerte en San Juan a fines de 2018 y hasta se situó por encima de la media nacional: aquí la tasa de pobreza subió al 33,1% desde el 27,2% del segundo semestre de 2017, es decir que creció 5,9% en el término de un año. Si se la compara con la última medición, la pobreza en San Juan creció aún mas: 7,7%. Esto porque pasó del 25,4% del primer semestre de 2018 al 33,1% del segundo semestre del año pasado. El dato duro es que hoy hay en San Juan 167.708 pobres y 22.995 indigentes. 


Lo niveles de pobreza registrados a nivel nacional en el segundo semestre 2018 son incluso superiores a los del primer semestre, cuando el nivel de pobreza alcanzaba al 27,3% de las personas, y el de la indigencia, entendida esta como pobres que ni siquiera tienen para comer, 4,9%.


Con una población estimada en 44 millones de habitantes, la pobreza estaría afectando a casi 13 millones de personas, un millón más que en el 2017. Además, entre los pobres, se encuentran casi tres millones de personas que son indigentes. Pero si se suman a la población urbana, los habitantes de áreas rurales, la pobreza afecta a 14,3 millones de argentinos. 

La pobreza volvió a subir a niveles similares al que tenía el país al asumir Mauricio Macri.

El Indec mide la pobreza a partir de la posibilidad que tiene una persona o un núcleo familiar de adquirir la cantidad mínima de alimentos, indumentaria y servicios que integran la Canasta Básica Total (CBT). Esta Canasta, para una pareja con dos hijos de 6 y 8 años, alcanzó a fines del año pasado a $25.493,80, lo que marcó un aumento del 52,9% en relación con diciembre del 2017.


En cuanto a la indigencia, se fija por la cantidad mínima de comida que requiere una persona o una familia para subsistir, y que a fines del año pasado estaba en $ 10.197,53, con un aumento del 53,5% internual. En tanto, el Índice de Salarios, sean estos registrados o no, indicativo de poder de compra de los trabajadores para adquirir esa Canasta, aumentó 29,7% durante el año pasado.


Este aumento en el índice de Pobreza e Indigencia se dio en el contexto de un año en el que la economía cayó 2,5%, la desocupación subió al 9,1%, y la inflación alcanzó al 47,6%. 
Entre las ciudades con mayor nivel de pobreza se encontraron Corrientes con el 49,3%, Concordia 41,9%, Resistencia 41,4%; Santiago del Estero 38,9%; Salta 37,7%; Córdoba 36,5%; y el Gran Buenos Aires con el 35,9%. 


El índice de Pobreza del 32% del Indec se colocó incluso por sobre la medición que realizó el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) que la ubicó a fines del año pasado en el 31,3%, también por sobre el 26,6% de finales del 2017.