En una declaración judicial que se extendió por casi diez horas, el ex técnico de Alberto Nisman, Diego Lagomarsino, volvió a decir que el fallecido fiscal "le mintió" cuando le pidió el arma que terminó matándolo. Ante el juez Julián Ercolini, que investiga la causa de la muerte de Nisman, Lagomarsino admitió que no le importa saber si Nisman se suicidó o lo mataron: "Me cagaron la vida", aseguró el hombre, imputado por haber entregado el arma que mató al fiscal.

El ayudante informático llegó a los tribunales de Comodoro Py a las 9:30 con custodia de Prefectura, en su primera declaración como presunto "partícipe" del "plan criminal" para asesinar al fiscal de la causa AMIA. Lagomarsino, que pidió ir dos veces al baño, respondió un cuestionario de 150 preguntas elaborado por el fiscal Eduardo Taiano.

La indagatoria se llevó a cabo en el cuarto piso del edificio, que está totalmente blindado por pedido del juez Julián Ercolini, que entre otras medidas prohibió el ingreso de celulares en el lugar.

Desde la semana pasada, el informático quedó acusado de ser partícipe necesario del homicidio del entonces fiscal de la AMIA. Además, Taiano lo imputó por la tenencia “ilegítima” del arma Bersa calibre 22 que le entregó a Nisman “a sabiendas de lo que ocurriría”, es decir: su asesinato. Desde hace varios días, utiliza tobillera electrónica con GPS, entre otras medidas restrictivas.

La primera vez que declaró Lagomarsino se presentó ante la Justicia, fue horas después de que Nisman fuera hallado muerto en el baño de su departamento del edificio de Le Parc. Allí ante el secretario del juzgado de instrucción reconoció que él le había dado el arma al entonces fiscal. Justamente esta acción es la que lo complicó hace unos días en el expediente.

Con 1.087 páginas el dictamen del fiscal Taiano concluyó que Lagomarsino dejó de ser “facilitador” del arma con la que, según la junta interdisciplinaria de Gendarmería, fue “asesinado Alberto Nisman”, para ser una “pieza clave” en el hecho investigado. Entregó el arma calibre 22 con “pleno conocimiento de lo que ocurriría”, es decir: la muerte del entonces fiscal.

Desde entonces la causa tomó un giro determinante. Hoy ante el juez Ercolini el técnico informático volvió sobre su primera declaración. Sus abogados, Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro, no ocultaron su molestia por la nueva imputación que podría modificar la carátula de la causa de “muerte dudosa” a “homicidio”.

 

Es que con su dictamen el fiscal descartó que el técnico informático fuera el autor material del homicidio de Nisman. No se pudo acreditar su intervención en el momento en el que se consumó el asesinato. Los responsables del hecho son aún “autores desconocidos”.

Pese a ello, según el fiscal, el informático sí brindó “un auxilio o cooperación” sin el cual el delito investigado no se habría podido cometer. En otros términos, fue un “cooperador necesario” para que lleve adelante el “plan criminal” de terminar con la vida del ex titular de la UFI AMIA.

Para sostener dicha acusación, se planteó que Lagomarsino prestó una colaboración trascendental, ya que fue quien llevó la pistola “Bersa” que posteriormente se usó para “cometer el homicidio” desechando la hipótesis inicial del expediente, donde se habló de una “muerte dudosa”.

Al reconstruir la escena y el rol de las personas intervinientes, identificas hasta ahora, se hizo énfasis en el “cómo ocurrieron” los hechos. Taiano ponderó como un vehículo facilitador, la “relación de confianza” que tenía Lagomarsino con el entonces fiscal. Nisman confiaba en pocas personas, el técnico informático, según la fiscalía, era una de ellas. Esto le permitía -entre otras cosas- “concurrir asiduamente al complejo “Le Parc” y sortear cualquier tipo de control. “Resultaba ser la persona indicada para ello”, agregó en su extenso dictamen.

Por otro lado, el técnico informático -siempre de acuerdo con el relato de la fiscalía-, colaboró en la etapa preparatoria del asesinato de quien fuera fiscal de AMIA, esto es, antes del comienzo de ejecución. Al analizar este escenario, se tuvo en cuenta que dentro del “plan criminal” era necesario que en el departamento de Nisman haya “una arma amiga” que permita “simular la escena de un suicidio”.

El fiscal Taiano rechazó la tesis de suicidio y avaló el informe de Gendarmería que concluyó que la muerte del ex fiscal de UFI AMIA, se trató de un homicidio, “ocurrido en el interior del baño y en el que participaron dos victimarios, uno de ellos manipuló el arma, mientras que el restante lo asistió y manipuló el cuerpo de la víctima” (Ver aparte). Todo habría ocurrido a las 2.46 del domingo 18 de enero de 2015. Cuatro días antes había denunciado a Cristina Kirchner de encubrimiento del atentado de la AMIA.

Lagomarsino también fue acusado por el delito de tenencia “ilegítima” del arma en cuestión, “la cual no contaba con la debida autorización legal, vencida desde abril de 2007”.