El Gobierno de la Nación actualizó base imponible del impuesto automotor a partir de septiembre para ajustarla al aumento del precio de los vehículos en los últimos meses.

Desde el mes que viene, el tributo a los “autos de lujo” (así se lo conocer popularmente) afectará a modelos cuyo precio de venta al público sea superior a cerca de 5,05 millones de pesos (20 por ciento). En la segunda escala (35 por ciento) entrarán todos aquellos que cuesten más de 10 millones de pesos.

El nuevo mínimo imponible durará hasta el 30 de noviembre de 2022. En ese momento, de acuerdo a lo que arroje el Sistema de Índice de Precios Mayoristas (SIPM) en los próximos meses, se analizará un nuevo ajuste para emparejarlo al aumento de las listas de precios de las automotrices, aunque en el sector consideran siempre que el retoque es insuficiente.

La salvedad rige para las pick ups, consideradas oficialmente como “vehículos de trabajo”. Ninguna de ellas, por más lujosa que sea, paga este impuesto.

Entre los más de 170 alcanzados por el tributo, llama la atención la presencia de modelos Volkswagen Nivus, Polo (GTS), Virtus (GTS) y Golf; Peugeot 208 GT Line (es la versión europea), Chevrolet Tracker, Jeep Renegade, Toyota Corolla y Corolla Cross, Renault Koleos, Nissan Sentra, Ford Territory, Kia Cerato, Hyundai Creta y Honda HR-V, todos ellos pertenecientes a segmentos “populares” en otros países.

Fuente: TN