Oscar Centeno. El chofer arrepentido en su vida reciente a gusto con su perro al que le festejaban los cumpleaños. Ahora está preso.

De la mano de dos allanamientos en la casa del chofer arrepentido, Oscar Centeno, -que escribió en sus cuadernos la ruta del dinero de las coimas en la obra pública en la era K- el arco político argentino volvió a conmocionarse ayer y esta vez no fue por lo que se descubrió si no porque los escritos originales no aparecieron.

A las manos del juez federal Claudio Bonadio, que ordenó la detención de 18 exfuncionarios "K" y empresarios, aún no llegaron los originales que reveló el diario La Nación, por lo que el mundo político y judicial se pregunta por estas horas si quienes están en la cárcel fueron a parar allí por una fotocopia.

Por lo pronto, los dos operativos a cargo del fiscal del caso, Carlos Stornelli, quien estuvo acompañado en todo momento de Centeno no logró recuperar los cuadernos. Primero, fueron a la casa del arrepentido en Olivos. Allí, Centeno llegó en un auto negro blindado y no se bajó en ningún momento. Ingresó a la vivienda desde el garaje.

El funcionario judicial buscó una llave que era de la casa del cuñado de Centeno en Bella Vista. Ahí se dirigieron porque en ese domicilio, según dichos del chofer arrepentido, estaban los cuadernos. Sin embargo, no fueron hallados allí tampoco.

La Justicia buscaba dar con las libretas originales, ya que hasta el momento se trabajó sobre copias. Más allá de esto, en su declaración indagatoria de ayer por la tarde, Centeno reconoció que los textos fueron escritos por él, algo ratificado en sede judicial por dos testigos. Estos fueron su exesposa, Hilda Horowitz, y el allegado de Centeno que entregó el material original al periodista de La Nación Diego Cabot. El exchofer llegó a Bella Vista fuertemente custodiado y luego de más de una hora, esposado, fue retirado del lugar, con destino a una sede de la PFA, donde seguirá detenido.

Qué dijo en privado Macri al círculo rojo


Consumada la detención de Javier Sánchez Caballero, mano derecha histórica de Angelo Calcaterra, primo del Presidente y también hombre clave del dueño anterior de la empresa, Franco Macri; Mauricio Macri se refirió al caso en privado, durante la reunión de coordinación que mantuvo con el círculo rojo. Y el mensaje que dio fue en línea con lo expuesto por Garavano. "Este escándalo va a salpicar a varios empresarios y es lógico que así pase", pronosticó, en una frase que fue interpretada por sus colaboradores como una señal de que está dispuesto a aceptar que la depuración llegue, incluso, hasta al corazón de su familia, si es que así lo determina el juez federal Claudio Bonadio, a cargo de la causa por coimas iniciada a partir de una investigación realizada por el periodista Diego Cabot. Más allá que desde lo político avala que la investigación sea profunda, en el Gobierno admiten que en lo personal el tema afecta al mandatario por el fuerte vínculo que tiene con su primo que ahora, ante esta embestida judicial, difícilmente pueda escindir su responsabilidad de las decisiones que haya tomado su CEO.