Nicolás Maduro asumió su segundo mandato al frente de Venezuela en medio de un fuerte repudio internacional. Ni la OEA, los países del Grupo de Lima, EEUU o UE reconocieron su mandato por lo que el contexto genera mucha incertidumbre interna. Apoyado en los militares – o en la "unión cívico-militar", como dice el chavista- Maduro busca legitimarse en cada intervención.

En este contexto, el lunes 15 de enero dio un discurso ante cientos de soldados que se preparan para el Ejercicio Militar Soberanía 2019. Allí, repitió sus promesas de prosperidad. Claro que convencer a los venezolanos de que todo irá mejor con él en el poder no es tarea sencilla si se tiene en cuenta que el país con las mayores reservas petroleras del mundo atraviesa la peor crisis económica que haya sufrido en su historia moderna. Es que, además de la escasez de comida y medicinas, los venezolanos lidian con una hiperinflación que según el FMI alcanzará el 10.000.000% en 2019.

Esta vez, en vez de recurrir a la "guerra económica", Maduro cambió el discurso. En tono serio afirmó que había viajado al futuro. Y no sólo dice que viajó, sino que asegura que volvió con buenas noticias: "Tengan la certeza de que todo saldrá bien y de que saldremos más fuertes y más sabios de toda esta coyuntura. Tengan la seguridad. Se los digo con certeza. Ya yo fui al futuro y volví y vi que todo sale bien y que la unión cívico-militar le garantiza la paz y la felicidad a nuestro pueblo".

La insólita declaración no fue acompañada de risas ni de gestos de ironía. Maduro lo dijo calmado y, lo más llamativo de todo, es que ninguno de los presentes tomó su declaración como un chiste.

La revelación de Maduro sobre sus poderes para viajar en el tiempo recordó otra, de 2013, cuando aseguró haberse encontrado con la reencarnación de Hugo Chávez en un pajarito. "De repente entró un pajarito, chiquitico, y me dio tres vueltas acá arriba", dijo en esa oportunidad el chavista, señalando su cabeza e imitando un aleteo. El pájaro, prosiguió Maduro algo emocionado, "se paró en una viga de madera y empezó a silbar, un silbido bonito", dijo imitándolo. "Me lo quedé viendo y también le silbé, pues. 'Si tú silbas, yo silbo', y silbé. El pajarito me vio raro, ¿no? Silbó un ratico, me dio una vuelta y se fue y yo sentí el espíritu de Él", contó en 2013, unos días antes de las elecciones.