El informe pericial clave de un grupo de expertos de Gendarmería Nacional sobre las conclusiones recogidas en torno a la reconstrucción de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien fue encontrado en el baño de su casa muerto de un disparo en la cabeza el 18 de enero de 2015, dirá que "no fue suicidio".


Así lo adelantaron ayer algunas fuentes vinculadas a la investigación después que el portal de noticias Infobae publicara una nota en la que se revela que para los peritos de Gendarmería, "Nisman fue asesinado a sangre fría".


De todos modos, ante la contundencia de la revelación, Gendarmería hizo público un comunicado en el que no confirmó ni desmintió los trascendidos pero sí informó que todavía no recibió el informe completo


de los peritos y que recién a fin de este mes entregará las conclusiones finales a la Justicia.


Frente a las informaciones periodísticas que dieron cuenta de que las pericias de Gendarmería habrían determinado que el extitular de la UFI-AMIA fue asesinado, esa fuerza de seguridad emitió un comunicado de prensa en el que indicó que no fue producido aún "ningún informe final conclusivo" en relación a las circunstancias de la muerte del fiscal.


"Gendarmería Nacional informa que, a la fecha, la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses de la Institución no produjo ningún informe final conclusivo en el marco de la junta interdisciplinaria respecto a las pericias del denominado mediáticamente 'caso Nisman'", indicó en el texto y agregó que, "al momento de arribar a conclusiones periciales finales, estas serán presentadas ante las autoridades judiciales pertinentes para su consideración".


Entre los datos que arrojan las pericias se destacan: la prueba de que el arma usada para matar al fiscal Nisman deja residuos de disparo, mientras que no encontraron ningún resto de pólvora en Nisman cuando revisaron su cadáver. El arma fue encontrada en la puerta del baño al lado del cuerpo, lo que demuestra que le dispararon y tiraron la pistola junto al cadáver.


El disparo fue hecho detrás de la oreja y en forma perpendicular, y no se apoyó el caño. Ese no es un procedimiento habitual en un suicida. No hay forma física de hacerlo.


Otro dato revelador es que Nisman tenía un golpe en la pierna izquierda y otro en la cabeza. Son golpes profesionales para reducir a una víctima, que no encuadran en una hipótesis de suicidio.


Los análisis arrojaron restos de ketamina en el cuerpo de Nisman, una sustancia usada para apaciguar a una probable víctima. No se hallaron rastros de esta sustancia en la vivienda que utilizaba el fiscal federal. Nisman recibía en su departamento a la madre, a las dos hijas, a sus dos secretarios, a la señora del personal doméstico, a sus custodios, a sus amigos y a Lagomarsino. Tras conocerse su muerte, se hizo una pericia para recoger huellas, y sólo se encontraron dos muestras que pertenecían al fiscal asesinado. Y nada más. Es decir: que los presuntos asesinos de Nisman limpiaron todas las huellas.


Nisman fue hallado muerto en el baño de su departamento el 18 de enero de 2015, cuatro días después de denunciar a la expresidenta Cristina Fernández por el presunto encubrimiento de los iraníes acusados por el atentado a la AMIA.