Se considera "un soldado del presidente Macri" y no le molesta que la llamen "la ministra de hierro" del Gobierno. Mucho menos le molesta que hablen de "mano dura" en relación a su política de seguridad. En rigor, Patricia Bullrich está convencida de que "el Gobierno cambió un paradigma en temas de seguridad en la Argentina" y arriesgó: "La vuelta del kirchnerismo sería un retroceso en términos de seguridad para la gente".

La ministra de Seguridad está a punto de tomarse unas cortas vacaciones luego de un intenso año. Acaba de implementar las pistolas no letales Taser para la Policía Federal y dijo que en un futuro "la lógica indica que los policías lleven armas convencionales y no letales al mismo tiempo". Pero se ataja: para eso "falta un tiempo", porque hoy cree que aún hay sectores que la cuestionarían por esa decisión.

Bullrich habló de todo: los objetivos para el 2019, el narcotráfico enquistado en la política, la lucha contra el terrorismo, la campaña electoral y hasta de "los riesgos" de un regreso del kirchnerismo en la Argentina.

-¿Tiene temor por los que los objetan al Gobierno de imponer mano dura?

-No, no tenemos temor porque lo que hacemos es en favor de la gente y la gente lo siente así. Y no hicimos nada incorrecto. Hemos puesto las cosas de manera normal a lo que estaba al revés. Estamos en el camino correcto.

-¿Sigue pensando en que en la Argentina el que quiera estar armado pueda estar armado?

-Es que yo no dije eso. Lo dije en un sentido general. Yo aconsejo que la gente no esté armada. Ahora, está en la libertad de las personas estar armada porque la Argentina tiene un sistema que permite tener portación de armas. Pero este no es un país donde el 90 % de la gente ande armada. Más bien es un país en donde la gente no anda armada. Yo creo que la gente no tiene que estar armada. Pero el sistema que tenemos permite que estén armados.

-¿Hay peligro de una avance del terrorismo en Argentina?

-El mundo está amenazado por el terrorismo. Argentina tiene heridas de ello. Lo que hay que hacer es un monitoreo permanente. Estar atentos a los signos mínimos y ser preventivos. Eso es lo que hacemos. El caso del clan Barakat fue un ejemplo de trabajo interagencial, la UIF, la AFI, nosotros. Una cooperación con Paraguay y Brasil. Realmente un trabajo colaborativo y así monitoreamos cada amenaza.

-¿Hay riesgos de un avance del grupo Hezbollah en Argentina?

-Hoy analizamos el fenómeno de convergencia sobre todo en la Triple Frontera donde el terrorismo se financia por el narcotráfico. Es un fenómeno que lo seguimos de cerca.

-¿Se sigue dando el fenómeno de un narcotráfico vinculado con los sectores de la política?

-Hemos tenido intendentes, concelajes y algunos dirigentes procesados por narcotráfico. En Argentina en general uno no puede decir que hay un involucramiento de los más altos niveles del narcotráfico. Pero en los casos que encontramos nos da lo mismo de qué partido sean y si un dirigente se pasó del lado del narcotraficante, chau. Ahí lo perseguimos.

-¿En el kirchnerismo estaba mezclada la política con el narcotráfico?

-No se puede decir que en Argentina en la política el narcotráfico sea un tema central, más bien es marginal. Hay casos de que algún cargo público se involucraron en el narcotráfico, también hubo empresarios y policías o gendarmes. Uno lo que intenta es que el Estado no sea parte. Lo más importante de todo esto es que el Estado no sea parte. Cuando el Estado es parte, tenés narcoestado. Y hoy no tenemos eso.

-¿Pero cree que un regreso del kirchnerismo implicaría ese peligro de un narco Estado?

-Diría que en el kirchnerismo hubo mucha omisión en esa lucha contra el narcotráfico y mucha vista gorda. Porque lo de Itatí en Corrientes lo deberían haber visto. En determinado momento nos decían que había sectores a los que no los investigaban. La vuelta del kirchnerismo hoy sería un retroceso para la seguridad y la lucha contra el narcotráfico que hemos ganado. En la lucha por tener un país que tenga leyes adecuadas y que no dé vuelta la realidad. Que la realidad no sea Hinchadas Unidas yendo al Mundial, los delincuentes a la cabeza de los defendidos, la policía destruida al punto que las fuerzas terminen haciendo huelga como en el 2013. Todo eso porque no hubo una atención y una verdadera política para entender el rol de las fuerzas. Todo esto que hemos logrado para avanzar en la lucha contra las mafias y el narcotráfico con el kirchnerismo se iría para atrás.

Fuente: Infobae