El viaje relámpago que se armó en la tarde del viernes para llevar el sábado al Presidente hasta el epicentro de los incendios que afectan largamente a la Patagonia se convirtió ayer en el primer escrache en vivo que sufrió Alberto Fernández desde que asumió el mandato.

Lo que nació con la idea de potenciar al Presidente con un baño de multitudes al ponerse al frente de la lucha contra el fuego, que ya se cobró una vida, se convirtió en una pesadilla para Alberto: el paso de la combi que lo transportaba en la localidad chubutense de Lago Puelo sufrió el ataque furioso de un grupo de vecinos antimineros que le reprocharon al Presidente su apoyo al plan del gobernador local, Arcioni, para permitir la megaminería en Chubut.

Todo ocurrió cuando el Presidente y su comitiva se retiraron en una camioneta del centro cultural de Lago Puelo. Allí, un grupo de manifestantes arrojó piedras, avanzó a patadas sobre la combi y rompió dos vidrios traseros del vehículo, mientras gritaba insultos contra el gobernador Arcioni.

El inesperado incidente tomó por sorpresa a todos, tanto que Alberto bajó de la comitiva oficial al gobernador Mario Arcioni. Y lo que se vendía como un fuerte respaldo del Presidente a las provincias que sufren el flagelo de los incendios -de hecho Alberto anunció una batería de ayuda de la Nación a las provincias afectadas- quedó en segundo plano de la noticia.

"Venimos a acompañar a la gente. Este es un tema que debe resolverse en Chubut", aseguró el mandatario nacional sobre los incendios, tras los graves incidentes registrados en su ingreso y salida el gimnasio municipal de Lago Puelo.

En tanto tras lo ocurrido el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, agradeció a Fernández por su visita y repudió los actos de violencia. "Gracias Presidente por siempre ocuparse de los chubutenses. Los problemas se solucionan con trabajo y convicciones, jamás con violencia. Seguiremos juntos por las verdaderas víctimas de este desastre, los pobladores que han perdido todo. Una vez más, saldremos adelante", expresó el mandatario provincial desde su cuenta de Twitter.

Tras el arribo de Fernández a la zona, la más afectada por el fuego en la cordillera, el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat firmó un convenio en el marco del Programa Casa Propia-Construir Futuro, para la adquisición de 364 viviendas transitorias de construcción liviana, según detalló el Gobierno Nacional.

Entre otras medidas, anunció la inversión de 170 millones de pesos en obras de infraestructura y obras de agua y energía en las áreas afectadas. Nación indicó que en los municipios de Lago Puelo, El Hoyo, Cholila, El Maitén y Epuyén, el Enhosa inició las gestiones para avanzar en el desarrollo de la red de agua potable.

"Hemos encarado qué hacer en el mientras tanto, hacer que la gente tenga dónde vivir y recuperar el trabajo y realizar obras de infraestructura. Vine a escuchar a la gente y a ponerme a disposición para que esto se resuelva", aseguró Fernández, y agregó: "La única preocupación es quitarle a los pobladores la situación de angustia que están viviendo".

Sobre los incidentes registrados en la llegada con grupos antimineros, Fernández aseguró: "Ese es un tema de la provincia, no un tema mío. Es de los chubutenses. Conozco la mirada que hay en la zona cordillerana y en el resto de Chubut. Pero eso debe resolverse acá".

Tan sólo un par de minutos después de esas declaraciones ocurrió un nuevo enfrentamiento. Manifestantes volvieron a alcanzar el vehículo que llevaba al Presidente y lo atacaron. El vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, recibió un golpe en la cabeza, y el propio Fernández quedó a pocos centímetros de los agresores. Los vecinos lo increparon cara a cara a Fernández y le reprocharon el "mal que le ha hecho" al país y a Chubut.

500 casas afectadas

Cerca de 500 viviendas fueron destruidas por completo o tuvieron daños parciales en los municipios de Lago Puelo y El Hoyo, de la comarca andina patagónica, que fueron los que sufrieron más daños por los incendios de bosques que llevan una semana.

Repudio de Macri y Larreta

Funcionarios y dirigentes del oficialismo y la oposición coincidieron ayer en que "la violencia nunca es el camino", al repudiar los incidentes protagonizados por un grupo de manifestantes antiminería, que arrojaron piedras contra la camioneta en la que se trasladaba el presidente Alberto.

Desde la oposición, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, repudió "el hecho de agresión que vivió el Presidente en Chubut" y señaló que "la manera de expresarse no es a través de la violencia".

El expresidente Mauricio Macri escribió en su cuenta de Twitter que "la violencia nunca es el camino" y manifestó: "Repudio lo sucedido en Chubut durante la visita del presidente. Cualquier diferencia tiene que ser resuelta por la vía del diálogo".

El presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, expresó en la misma red social que "la única salida es la No Violencia, la paz, la defensa de los derechos humanos y que nuestras diferencias y posiciones se diriman dentro de las instituciones de la democracia".