La muerte de un niño de tres años que cayó en un pozo en Mendoza abrió ayer un duro cruce de acusaciones entre el dueño de la finca y los bomberos. La versión oficial indica que el menor murió de hipotermia, pero el propietario del terreno responsabiliza a los bomberos de apagar una bomba que habría hecho subir el agua y ahogado al chiquito.

En tanto la Subsecretaría de Trabajo inspeccionó y sancionó al propietario de la finca porque detectaron graves faltas de seguridad e higiene.

Leonel Cuevas, cayó a un pozo de 15 metros de profundidad y de 30 centímetros de diámetro, en un terreno en el departamento de Maipú, y murió presuntamente por hipotermia.

Cerca de las 21.30 del miércoles, el menor estaba jugando, y se subió sobre una chapa que tapaba el pozo, esta cedió y provocó la caída del niño. Los bomberos intentaron rescatarlo, atando a una hermana de Leonel con una manguera e introduciéndola por el pozo. La chiquita logró tomar la mano de su hermano, pero no pudo sacarlo.

Medios locales informaron que hacia las 23.10 del miércoles pasado, los rescatistas introdujeron una filmadora, para poder ver desde la superficie al pequeño. Se comunicaban con el nene y le pedía que se moviera. Inicialmente el niño lo hizo, pero luego sus movimientos cesaron y comenzó a sospecharse su muerte.

Los efectivos habían convencido a otro menor para que se metiera al pozo, para colocarle un arnés a Leonel. Pero, a la media noche, cuando esta idea se iba a efectivizar, los médicos del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) informaron que el niño estaba sin vida.

Recién a la 1.45 de ayer se pudo extraer el cuerpo, que fue llevado al Hospital Infantil Humberto Notti, en el departamento de Guaymallén, para que se practicaran las pericias.

El jefe de Bomberos, Marcelo Dapás, indicó que "el niño habría fallecido por hipotermia al caer al agua".

Por su parte, el jefe policial Juan Carlos Caleri dijo a la prensa que el niño "no presentaba movimientos y tenía la cabeza sumergida boca abajo en el agua, por lo que no habría posibilidad de vida".

Más de 80 personas trabajaron en las tareas de rescate, acompañados por el ministro de Seguridad, Carlos Aranda y el intendente de Maipú, Alejandro Bermejo.

En tanto ayer las acusaciones comenzaron a cruzarse. Mauricio Julián, dueño de la finca, acusa a los bomberos por el frustrado rescate. Según denunció, el encargado del lugar les advirtió que no debían apagar una bomba contigua al pozo porque eso haría que suba el agua y terminaría ahogando al chico. "Al apagar esa bomba, la napa subió", sostuvo Julián.

Sin embargo los bomberos aseguran que el menor murió de hipotermia. Por su parte, Aranda salió en defensa de los rescatistas, y dijo: "Los Bomberos y la Policía son gente profesional, preparada y equipada".