Fuentes del equipo económico creen que no habrá reediciones de los programas que el año pasado se impulsaron ante las cuarentenas rígidas. Más precisamente, no hay lugar para otro Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para apoyar a monotributistas de bajos ingresos y trabajadores informales. Tampoco volverá el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) para sostener el empleo asalariado registrado en las empresas privadas, según confiaron las fuentes a medios nacionales.

El año pasado se desembolsaban por el IFE $45.000 millones mensuales. Por el ATP se usaban $20.000 millones en el mes. El rojo fiscal primario de 2020 fue de 6,5 puntos porcentuales del Producto Bruto Interno (PBI) y requirió una emisión monetaria de más de dos billones de pesos para hacer frente al mayor gasto y a la caída de ingresos del fisco.

El foco, como sucedió en el primer bimestre del año, estará en ampliar el Programa de Recuperación Productiva II (Repro) a los sectores que se vean afectados por las medidas.

Por otro lado, se trabajará en reforzar el presupuesto para el programa Becas Progresar, la Tarjeta Alimentar, habrá más bonos a jubilados y se ampliará, dijeron fuentes oficiales, el presupuesto para Desarrollo Social.

En el primer bimestre de 2021 se gastaron en Repro II unos $9.000 millones; en el plan Potenciar, $11.000 millones (dentro de los programas más fortalecidos últimamente); y en la tarjeta alimentaria; $18.000 millones.