Participación de agentes gubernamentales, privación de la libertad y la negativa a revelar el paradero son los tres elementos que definen a la figura de desaparición forzada según la ONU. Después de varios pedidos de la defensa de la familia de Santiago, la querella involucrada y varias pruebas recopiladas, la fiscal Silvia Alejandra Ávila pidió cambiar la carátula de la desaparición de Santiago a una desaparición forzada.

Así se cae el argumento que viene dando la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich donde sostiene que “todas las hipótesis están abiertas” o, incluso, el último rumor que daban desde el Gobierno en torno a que Santiago había sido herido en un ataque del RAM a una de las estancias de Benetton en Epuyén, y que podría haber muerto desangrado.

Tanto la familia de Santiago bajo la defensa de Verónica Heredia y la Comisión Provincial de la Memoria que actúa como querella en la causa, sostuvieron desde un primer momento que lo de Santiago fue una “desaparición forzada”y así lo sostuvieron en el habeas corpus presentado a pocas horas de conocerse el hecho.

La figura de desaparición forzada implica la participación de las fuerzas de seguridad de Estado. Según la ONU esta figura se define por tres elementos: la participación de agentes gubernamentales en el hecho, la privación de libertad contra la voluntad de una persona y la negativa a revelar su paradero.

Durante la investigación no sólo se constató por los perros rastreadores que Santiago estuvo en el lugar, hecho que desde el Gobierno quisieron poner en duda, sino que hubo al menos tres testigos que vieron cómo la Gendarmería se lo llevaba.