El oficialista Frente de Todos (FdT) transitó ayer horas de máxima tensión en su afán de una aprobación exprés para la Ley de Presupuesto 2022 ya que aunque el día anterior introdujo innumerables modificaciones al proyecto original, no lograba juntar los votos requeridos para darle media sanción en Diputados.

Fue el primer impacto de la conformación del nuevo Parlamento tras las elecciones legislativas del 14 de noviembre que equilibró la relación de fuerzas en el Congreso. Así, el Gobierno, por primera vez, se vio forzado a negociar con propios y extraños aunque eso no le aseguraba todavía el éxito de la sesión especial.

Poco antes ya había experimentado el rigor del crecimiento de la oposición que, unida, votación mediante, obligó al oficialismo a que la Comisión de Presupuesto, que preside Carlos Heller, tratara la suba del mínimo no imponible de Bienes Personales. Este tema fue reclamado por la oposición en la reunión del miércoles para dar dictamen de Comisión al Presupuesto 2022, pero Heller dio un rotundo no.

El proyecto tiene media sanción del Senado, donde fue aprobado por unanimidad, y fue presentado por un diputado oficialista: el cordobés Carlos Caserio.

El texto, eleva el mínimo no imponible de $2 millones a $6 millones. Pero no es del agrado del ministro de Economía Martín Guzmán y el oficialismo lo mantenía freezado.

La propuesta en el recinto la hizo la diputada del Pro Silvia Lospennato y ordena a la comisión de Presupuesto a reunirse una hora después de terminada la sesión de Presupuesto por este tema.

El debate en el recinto había arrancado pasadas las 13 pero, a pedido de la oposición, el bloque K aceptó pasar a un cuarto intermedio a las 16 hasta 18 horas para intentar acercar posiciones y destrabar la iniciativa. Pero, el diálogo del presidente de la Cámara, Sergio Massa, con todos los bloques legislativos de la Cámara Baja parecían no llevar a buen puerto anoche a la negociación. Entre dimes y diretes, no estaba segura la aprobación de la hoja de ruta de gastos y recursos del próximo año. De todos modos, la sesión se retomó y el Gobierno mantenía la ilusión de aprobación durante el día de hoy tras otra maratónica sesión.

Durante el encuentro del cuarto intermedio, el Frente de Todos le ofreció a la oposición una herramienta de mayor control: que si hay una ampliación del Presupuesto, por mayor recaudación, las asignaciones tengan que pasar por el Congreso. Actualmente, el Ejecutivo puede reacomodar partidas por decreto.

Para Juntos por el Cambio no fue suficiente ya que exigen que se cambien los artículos que permiten al Gobierno aumentar tributos, retenciones y prorrogar impuestos. Para el Interbloque Federal tampoco alcanza y siguen firmes en el rechazo.

El Frente de Todos tiene 117 diputados propios y necesita 12 apoyos extra. Con los cinco legisladores del interbloque Provincias Unidas que acompañarían -el misionero Diego Sartori que integra esa bancada- alcanzan los 122 votos a favor.

Si efectivamente los 116 de JxC votaran en contra junto a los 8 federales, los 4 legisladores de Izquierda, los 4 liberales y el bloque SER los votos en contra sumarían 134. Imposible de aprobar.