En la actualidad, cada vez hay mayor sensibilidad sobre la necesidad de proteger a las distintas especies animales. Las leyes tutelan esa protección. En efecto, la ley nacional 14.346 de Protección Animal en su artículo 1º expresa: "Será reprimido con prisión de 15 días a un año el que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales''. Y la Ley provincial 6.911 de Protección y Desarrollo de la Flora y Fauna Silvestre, en su artículo 42º establece: "Prohíbase en el territorio provincial la caza de animales de la fauna silvestre''. 

Según la ciencia, la vida comienza en el momento de la concepción.

Contradictoriamente, si se legaliza el aborto en Argentina, la vida de un ser humano por nacer valdrá menos que la de un animal. Si la Argentina llegara a legalizar el aborto, matar un niño no nacido será gratis (en realidad lo pagamos todos los argentinos con los impuestos). En cambio, las multas por caza furtiva alcanzan los cien mil pesos. Matar un guanaco será delito; matar un bebé, será legal. ¿Nos damos cuenta de lo absurdo de esta situación? ¿Será que la vida de un animal vale más que la del niño o niña por nacer? Mientras deseamos y procuramos grandes beneficios cuando se trata de defender a los animales (pingüinos, ballenas, focas, etc.) a lo que adhiero firmemente, los militantes del aborto se callan vergonzosamente ante la matanza de bebés. 


El aborto mata por año en el mundo a más personas que los fallecidos en la Segunda Guerra Mundial. Postura criminal, violenta e injusta, en cuanto se destruye deliberadamente, a sangre fría, una vida humana. Quien justifica el aborto, justifica la pena de muerte de un inocente. Es un enorme retroceso para este país que tanto bregó por recuperar los derechos humanos. 



Ricardo Sánchez Recio  -   Licenciado en Bioquímica - Orientador Familiar - Profesor de Química