Señor director:

Cuando algo impacta en mi interior, que "mueve" mi conciencia, que marca "algo no está bien", no puedo abocarme a otras cosas. Mis letras me incitan, son las "guerreras contra la injusticia", y pienso...


"¿será que debo grabar este mensaje? ¿No salir a la carrera, tras obligaciones estructuradas?, y escribo. Vi un video de niños de Africa, bailando a un ritmo bello (pertenecen a un hogar donde son contenidos en Uganda). Descalzos, delgados, cada uno se mueve expresando todo su ímpetu, con ritmo y habilidad, pero en ello van sus esperanzas del mañana. Destacarse, para mostrar al mundo, "su realidad" circunscripta a la pobreza, pero allí están "sus ganas", corre el ritmo en sus venas, es lo inmediato para mostrar en esta tierra redonda, dividida en países ricos y pobres, su existencia.


Nos dicen "aquí estamos, mírennos, ayúdennos, ¡valemos!". Niños inmersos en la inhumanidad y pobreza, como acá en Argentina, donde el 60% de los niños son pobres. Ellos golpean los tambores a nuestra conciencia. ¡No más saqueo contra el pueblo que dicen defender! Más bien solidaridad contra la avaricia del poder.

Beatriz del Alba
Escritora