Señor director: 


Los obispos venezolanos, reunidos en Asamblea Plenaria, han vuelto a hablar claro sobre la situación que atraviesa el país. Afirmaba sin tapujos, monseñor Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal venezolana, que en la historia del país ningún gobierno había hecho sufrir tanto, por acción y omisión, al pueblo como el que ahora administra formalmente las funciones. El desabastecimiento dramático de alimentos y medicinas es la negación palpable de una economía sana. 


La inseguridad y la violencia incontrolada es la negación de la capacidad de gobernar con justicia y orden. La corrupción y la injusticia sistemática imperantes son la antítesis de la honestidad y la verdad.  


El control absoluto de las finanzas, del derecho a la libre expresión y la persecución contra la disidencia son la negación de la confianza, la libertad y el diálogo.